En los días de la canonización por parte del Papa Francisco, se estrena esta película rodada íntegramente en Córdoba con actores cordobeses, un vehículo de divulgación de la vida y obra del cura armada con el recurso de cine dentro del cine: a través de la historia de Brochero y de la del actor que lo interpreta en la película que se está pensando. A lo largo del rodaje, ese actor, que lleva una vida desordenada, dejará la cerveza por el mate y la noche por las mañanas, en una especie de proceso de cambio provocado por la cercanía con su personaje. Como proyecto hecho a pulmón para transmitir la obra de un cura que ayudó fuertemente a su comunidad, es sin duda loable. Como cine transmite amateurismo.