Clint Eastwood como los vinos buenos, a sus 82 años vuelve a dar una conmovedra actuación, donde se expone a la crueldad de la decadencia física, sin atenuantes, de un cazatalentos de béisbol que se está quedando ciego. Amy Adams es su hija, la que esta a su lado aún con tantas cuentas pendientes. No es una gran película, vale por estos dos grandes actores.