Problemas con la curva... dramática
El día que Clint Eastwood no haga de recio, cabezadura y cascarrabias, vamos a estar ante un hito cinematografico. Sería como pedirle a Woody Allen que no personifique a un neurótico o a Michael Bay que haga cine arte. En Curvas de la vida, Eastwood vuelve a ser un viejo malhumorado enojado con el mundo, que tras una coraza de mohines y gestos de desprecio esconde a un hombre sensible y dolido. En este caso su vida gira en torno a la búsqueda de nuevos talentos para el béisbol aunque su larga carrera parece estar cerca de su ocaso, empujado por la sangre nueva de los estadistas y tecnófilos analistas tras las computadoras...