La curva no es el único problema...
Trouble with the curve es un drama bien llevado, nada del otro mundo pero entretenido, que en los últimos 15 minutos arruina todo su proyecto de película seria al caer en la banalidad del típico cine comercial estadounidense. Arribando a la conclusión, de manera casi insospechada, la película se lanza con dos o tres recursos argumentales vulgares, propios de otro tipo de cine y no de lo que se veía viendo hasta el momento.
Casi como por arte de magia, Trouble with the curve pasa de ser un drama adulto a una especie de comedia romántica sin romance donde todos los conflictos se resuelven en cuestión de minutos, con coincidencias por lo menos asombrosas. Un drama familiar, tres carreras profesionales y el destino amoroso de una joven pareja súbitamente alcanzan el mejor escenario posible en forma simultánea contra todas las posibilidades.
El cine comercial tiene una audiencia cautiva y lejos estoy de juzgarlo. Cada uno disfruta a su manera de la pantalla grande, pero yo soy de los que creen que debe haber coherencia narrativa de principio a fin. No se puede encarar una película desde un plano verosímil, desarrollar líneas argumentales sensibles y en los últimos 15 minutos concluirla como un cuento de hadas. Trouble with the curve no es lo que esperaba.