Hace unos años, Xavier Legrand ganó el Oscar al mejor cortometraje de ficción por la dramática visión de una pareja en un divorcio. Ahora, en su primer largometraje, volvió al mismo tema con "Custodia compartida", un turbulento drama sobre la batalla de un matrimonio divorciado por su hijo de 11 años. La película empieza con una dura secuencia filmada en tiempo real en el que una jueza estudia y de paso presenta al espectador- la situación y los reclamos del matrimonio que, alguna vez, formaron Lea Drucker y Denis Menochet. La esposa acusa al marido de acosos, amenazas e incluso violencia física contra la hija mayor (que, como está por cumplir 18 años, queda fuera de la demanda de custodia). Todo sin muchas pruebas, y con pedidos de dinero de por medio.
En esta primera escena quien no está presente, salvo por una extraña declaración escrita en contra de su padre, es justamente el hijo menor. A partir de ese momento el espectador se verá sumido en una batalla amarga y angustiante, muy bien actuada y filmada con bastante parsimonia y exagerado naturalismo por un director que, como actor infantil de Louis Malle en la obra maestra "Adiós a los niños", sabe perfectamente cómo sacar lo mejor del pequeño Thomas Gioria, que personifica al chico de 11 años cuya custodia es la base de la historia. Su actuación es lo mejor de un buen film que tal vez no convence del todo en su retrato psicológico de personajes con conflictos universales, pero que sin duda merece verse.