No hace mucho con motivo del estreno de The Hangover 2, Diego Lerer hacía una magnífica reflexión sobre esto de la ahora tan mentada nueva comedia americana, artículo con el que realmente- y considerando cuánto han comparado este film sobre damas de honor con la de aquellos perdidos señores- no puedo menos que sentirme sumamente identificada. Básicamente decir que para ir a ver Bridesmaids, hay que ir pensando en querer ver una comedia, entretenerse, disfrutar de una estupenda actuación de su protagonista (Kristen Wiig) y dejar de lado esto de que es una genialidad, casi una obra maestra del humor. Bridesmaids no plantea nada nuevo, no lo plantea de una manera nueva tampoco, sí tiene grandes momentos de humor y una cierta frescura que se agradece pero a no engañarse que sigue siendo más de lo mismo, una historia que conocemos a pie juntillas.
Los primeros 60 minutos de los 125 que dura son ciertamente los mejores. Annie (K.Wiig) y Lilian (Maya Rudolph) son dos cuarentonas amigas desde la infancia, se conocen demasiado y se ven todos los días. Finalmente y luego de lo que parece un noviazgo eterno, Lilian consigue la proposición de matrimonio tan deseada y cae de maduro que Annie será su dama de honor.
La mejor escena del film
Pero en plena celebración del compromiso entra en escena Helen (Rose Byrne), una nueva amiga de Lilian que es lo opuesto a Annie. Sofisticada, hermosa, casada y de gran posición económica, Helen termina por minar de a poco la seguridad de la protagonista con respecto a la importancia que tiene en la vida de su amiga. Esa rivalidad que ambas empiezan a desarrollar desde la escena del discurso- impagable por cierto, lo mejor por lejos del film- termina en lo que todos ya preveemos, un desastre mayúsculo del que parecería no hay vuelta atrás.
Pero la cuestión no se centra solo en eso, sino que entre preparativos de bodas y otras yerbas la protagonista vive su peor momento, parece perderlo todo (no sólo la amistad añeja con Lilian) sino que entra en escena un dulcísimo oficial de policía que hará finalmente de esta historia una más de las tantas tiernas comedias románticas que pululan por la industria.
La tropa completa de las "Damas"
El film a juzgar por como arranca podría ser realmente algo nuevo, insuperable, cómico pero real. ¿Quién de nosotras no se ha sentido alguna vez, por ejemplo, desplazada, celosa de nuestras mejores amigas, amenazadas por esa- "la nueva"?, ¿quién disimuladamente, como las protagonistas, no ha tenido alguna competencia por el cariño de alguien?; el tema es que no desarrollan esta idea sino que el humor real y fantástico, sutil pero presente, que tiene la primera parte se desvirtúa por ese festín físico que - pensarán siempre los realizadores- son garantía de "comedia" : pedos, cagadas, torpezas de la protagonista que se cae en público, etc, etc. Vamos que no me voy a rasgar las festiduras por escenas como esas, yo, una de las más grandes seguidoras de las comedias de Will Ferrel ¡imagínense!. Gracia hacen y uno se ríe pero en la dinámica que lleva este guión no lo hace, repito e insisto, algo nuevo, moderno, diferente. La comedia funciona, uno se ríe y se divierte porque está bien hecha, bien actuada, porque tiene escenas que garantizan pasarlo bien y ahí nos plantamos; pero de ser LA comedia aun dista bastante en un género nada fácil de renovar.
En Argentina se espera su estreno alrededor del 22 de Septiembre y será una grata opción para ir al cine a pasarla bien. Por lo demás me uno al cada vez más acrecentado grupo de personas que ven en Wiig una capo cómica de gran futuro. ¡A estarse atentos!