Es posible que esta aventura animada protagonizada por mascotas con superpoderes no se trate solamente de una sencilla pausa (creada por el equipo creativo de DC para el entretenimiento familiar) mientras se piensa con mayor esfuerzo, despliegue y seriedad en los próximos pasos de los grandes personajes con rostro humano que tiene la escudería.
Cuando vemos al grupo de simpáticos animalitos liderados por Krypto, el perro de Superman, ocupados en el rescate de los miembros de élite de la Liga de la Justicia, secuestrados por Lex Luthor, quizás estemos en presencia de una liberación más amplia de la que nos propone la historia.
Aquí hay un nombre clave: Jared Stern. Es uno de los directores de DC Liga de Supermascotas y a la vez uno de los guionistas de la irreverente y burlona Lego Batman: la película (2017), una de las mejores experiencias animadas de los últimos años creadas en Hollywood, sobre todo a partir de su autorreferencialidad.
Stern sale de la atmósfera anárquica, vertiginosa y siempre lúcida del mundo Lego, pero mantiene casi todos esos valores en el viaje hacia esta nueva aventura, que tiene un escenario de animación bastante más tradicional, con líneas, trazos y secuencias muy bien concebidas. Aquí se mezcla el estilo retro de algunas figuras clave (Batman, Superman, el propio Krypto) con otros personajes de diseño más vanguardista. Lo que se sostiene con bastante claridad y convicción en ese tránsito es el espíritu satírico y autoparódico que le daba sentido a la película de 2017 y que vuelve a funcionar en este nuevo contexto.
Krypto sobrellevó el traumático viaje posterior a la destrucción de su planeta (vuelve a contarse aquí la historia del origen de Superman) pero no puede aceptar que su dueño lo deje de lado por enamorarse de Lois Lane. De esa situación surgen unos cuantos buenos chistes sobre la identidad de las mascotas y su lugar en el mundo, que se extenderán más tarde a los otros integrantes del grupo (otro perro, una tortuga, una cerdita y una ardilla) que Krypto arma para salvar a los héroes encerrados por los villanos.
A partir de este acto de rescate (que va de la mano con una reivindicación de los perdedores, otra de las moralejas de la película), DC Liga de Supermascotas le devuelve la nobleza, el carácter, el dinamismo y la gracia a un grupo de personajes que cuando tenían rostros de carne y hueso no podían más de solemnidad y rigidez. Aquí, en cambio, admiten sus errores y son capaces todo el tiempo de reírse de sí mismos, con un divertidísimo Batman como abanderado.
Este acto de liberación se acerca a un resultado óptimo cuando cada personaje aparece configurado y definido a partir de su inmejorable voz original. Pasa con Dwayne Johnson (Krypto), Kevin Hart (el ovejero alemán Ace), Kate McKinnon (el cobayo Lulu, una especie animal que vuelve a jugar de villana, como en Los tipos malos), John Krasinski (Superman) y sobre todo con Keanu Reeves (Batman). Para apreciarlo habrá que esperar a que en algo más de un mes la película llegue a HBO Max.