Buen melodrama con mensaje igualitario
Preparen los pañuelos: este drama de la vida real provoca lágrimas a granel, aunque lo mejor que tiene para ofrecer es el mensaje sobre el derecho al matrimonio igualitario.
Y este mensaje está apoyado por intérpretes excelentes, empezando por la protagonista, Julianne Moore, una detective de New Jersey que al saber que le queda poco tiempo de vida debido a una enfermedad terminal, encima descubre que las autoridades de su condado extremadamente conservador han decidido no avalar las leyes de "pareja cívica" o unión social que rigen en todo el estado, por lo que cuando muera no le podrá dejar su pensión a su pareja, Ellen Page.
La película empieza con la narración de cómo una sumamente seria detective preocupada por evitar que se conozca su orientación sexual dentro de la policía se enamora de una mecánica mucho más joven que ella. La historia de amor es discretamente atractiva y pronto se interrumpe por el drama de la enfermedad.
Ahí es cuando el film empieza en serio, con la lucha por los derechos de esta detective y su pareja en la que participa un divertidísimo Steve Carell, como un abogado y activista gay, y un formidable y adecuadamente seco Michael Shannon, como el compañero de la protagonista dentro de la fuerza. Estos personajes son los que equilibran el melodrama con humor y sobre todo la energía que necesita un buen ejemplo de cine de mensaje. En este sentido es clave el personaje de Shannon, ya que aporta el punto de vista del típico norteamericano medio reaccionando ante una flagrante injusticia.
El apego a la corrección política y al melodrama del director impiden que el film levante más vuelo, aunque lo importante del tema y todas las actuaciones ayudan a recomendarlo.