Sin ella.
De entrada, si observamos la ficha técnica de De ahora y para siempre y atendemos a la cantidad de buenos profesionales que participan en esta producción norteamericana podemos afirmar que existen suficientes mimbres para poder fabricar un buen cesto. Participación de actores consagrados e instalados con comodidad en el estrellato de ahora 6hollywoodiense (Julianne Moore, Ellen Page, Steve Carrell, Michael Shannon), un guionista reconocido con un Oscar en 1993 por Philadelphia (Ron Nyswaner, autor también de algunos capítulos de Prisionero de guerra y Ray Donovan); un realizador experimentado que ya ha demostrado con creces su buen hacer detrás de las cámaras -Peter Sollett, con títulos como Nick y Nora, Una noche de música y amor (2008) o Educando a Víctor Vargas (2002)- y una buena historia, de esas en las que tienes que ser un poco torpe para no rascar algo en temporada de premios, basada en el caso real de una cruzada por la equidad de beneficios y ante la ley de una pareja del mismo sexo. En fin, que nos las podíamos prometer muy felices, pero por desgracia, el resultado final desmerece en parte tan jugosas premisas.