Filme torpe e ingenuo
El filme trata sobre un romance entre una agente de policía y una joven menor que ella. Cae en lugares comunes y estereotipos torpes.
¿Hasta cuándo vamos a ver a Julianne Moore con alguna enfermedad? Al menos desde Safe, obra maestra de Todd Haynes, hasta hoy la hemos visto en el mismo papel (algunos mejores que otros).
Basada en un caso real, De ahora y para siempre cuenta la historia de Laurel Hester (Moore), una policía homosexual de Nueva Jersey, que se enamora de Stacie Andree (Ellen Page), una mujer mucho más joven que ella. El romance, no exento de dificultades, da un giro cuando a Laurel le diagnostican una enfermedad terminal. Ella brindó su servicio durante 23 años y ahora quiere que le concedan la petición de asignar sus beneficios de pensión a Stacie. Sólo pide igualdad.
La vergüenza ajena se apodera del filme de Peter Sollett porque todo es de una sobreactuación insoportable. Lo de Ellen Page como Stacie no se puede creer. Ser lesbiana para el director es el estereotipo más inverosímil que se puedan imaginar (ellas ven béisbol en la tele y Stacie arregla una moto, por ejemplo). Todo está como montado por un estudio más interesado en facturar que en hacer cine y el intento por hacer militancia en la causa es retrógrado, ingenuo y torpe.
No se piensa la puesta en escena, las actuaciones son malas (Steve Carrell tiene un papel ridículo), el guion da saltos terribles, no se logra construir el drama para que el espectador sienta y viva lo que están sufriendo los personajes. Los lugares comunes y los golpes bajos están mal utilizados y por momentos hasta se convierte en una falta respeto a la comunidad gay.