El amor en los tiempos de píldoras
El director Edward Zwick ha dirigido películas épicas/históricas como "El último samurai" con Tom Cruise, "Tiempos de Gloria" con Matthew Broderick y Denzel Washington y el drama épico mezclado con romance como en "Leyendas de pasión" con Brad Pitt y Anthony Hopkins y útimamente "Diamante de Sangre" con Leonardo Di Caprio.
En el caso de "De amor y otras adicciones" seguramente ha tratado de rescatar todo su en series televisivas como "Family" "Treintaypico" y la multipremiada "Once and Again" o "Te acuerdas de anoche?" con Rob Lowe y Demi Moore.
Y por lo que se puede ver, Edward Zwick se puede manejar en cualquier terreno con total comodidad, logrando siempre resultados, por lo menos, aceptables.
En este caso, en la comedia romántica "De amor y otras adicciones" nos cuenta como Jamie (Jake Gyllenhaal), un joven vendedor que tiene como talento incorporado su irresistible encanto con el sexo opuesto, al perder un trabajo vendiendo electrodomésticos, pone a funcionar todos sus encantos y sus habilidades en el complicado mundo de los visitadores médicos. Apenas inicia carrera en este nuevo oficio, Maggie (Anne Hathaway) una joven emprendedora e independiente que padece Parkinson, se cruza en su camino. Y bueno, obviamente, el flechazo será instantáneo.
Basada en un best seller que cuenta la historia real de Jamie Reidy, un vendedor de la empresa farmaceútica que puso a la venta la Viagra y que sacaba a la luz algunas de las prácticas actuales de la diferentes compañías farmacéuticas y su manera de captar mercado, el fim de Zwick no hace ningún tipo de hincapié en lo testimonial.
A pesar de que abre algunas líneas sobre la industria farmacéutica y la relación con los médicos y trata algunos apuntes sobre las enfermedades y disfuncionalidades propias de los '90, finalmente elige limitarse a contar la historia de amor de Jamie y Maggie con todas sus idas y vueltas, sus miedos, sus contradicciones, sus intentos de acercamiento a pesar de las dificultades y su intensa pasión.
Es una pena que el guión trate de abarcar muchos temas sin llegar a profundizar ninguno más que la relación entre los protagonistas y también es una lástima que algunos roles secundarios no queden bien delineados a lo largo de la trama (un desperdicio que dos actores como George Segal y Jill Clayburgh aparezcan solamente una una pequeña escena al principio de la película y que no se les haya podido dar continuidad). Pero el fuerte es indudablemente es la química que establece en pantalla la pareja protagónica.
Anne Hathaway sorprende en un rol muy sexy, jugado y apasionado al que no nos tiene para nada acostumbrados (arrancó con "El diario de una princesa" luego la vimos en "El diablo viste a la moda" "Alicia en el país de las maravillas" como la Reina Blanca, fue Jane Austen en "Becoming Jane" y en los dramas "Secreto en la montaña" y por el cual ha sido nominada al Oscar: "Rachel's wedding"). Demuestra una vez más que es tiene un rostro perfecto para la comedia y que también puede animarse al drama lo que la constituye en una de las herederas del trono que van dejaron Julia Roberts, Meg Ryan o antes aún Diane Keaton quienes ya funcionan en otros papeles que el de la heroína romántica.
Su presencia es luminosa y transmite perfectamente todos los tonos de su personaje aún en los momentos donde el tono de comedia gira repentinamente para el drama.
A su lado, Jake Gylenhaal también acierta en su composición de este seductor compulsivo que cae rendido ante Maggie, quien le va permitir que viva experiencias que jamás había sentido con sus otras conquistas.
Una comedia simpática, bien hecha, con una historia interesante que contar con algunos apuntes más comprometidos tratando de abordar algunos temas poco comunes en la comedia americana (como el de la industria farmacéutica o el mal de Parkinson con casos en gente jóven) es un producto digno que cumple con el cometido entretener y contarnos una historia de amor.