Una propuesta llena de ideas, ingenio, talento y grandes momentos
¿Una "superproducción" financiada de manera independiente y rodada íntegramente en Córdoba, con la Mona Jiménez cantando en vivo (y hasta actuando); con una trama que incluye secuestros, dealers , marginales, un fotógrafo de clase alta, una heroína popular y un encantador travesti de la mejor cepa almodovariana; con un trasfondo romántico y, al mismo tiempo, con un retrato sobre las fuertes diferencias de clases que transcurre en clubes nocturnos, cabarets, barrios castigados y bares de mala muerte?
Todo eso (y bastante más) es lo que regala esta ópera prima de Rosendo Ruiz, una propuesta llena de ideas, de ingenio, de talento, de grandes momentos (también de otros no tan convincentes) y, especialmente, de genuinas aspiraciones masivas, algo que ya ha conseguido tras el estreno comercial en las salas de su provincia con más de 20.000 espectadores.
Es cierto que hay pasajes que evidencian cierta torpeza, desniveles interpretativos en el elenco y situaciones algo forzadas que podrían haberse evitado, pero los problemas quedan minimizados frente a la intensidad, la tensión, la empatía, la energía, la alegría, la inocencia, la "vida" que se desprende a cada instante de esta comedia romántico-musical a puro cuarteto, a puro vértigo y a puro amor por el cine. Una verdadera sorpresa de ese diamante en bruto que es el Nuevo Cine Cordobés.