Al contrario de lo que puede pensarse a simple vista este nuevo largometraje del actor Beavois no habla sobre religión. Tampoco es cine político en sí. Habla sobre dilemas morales, acerca de que lugar ocupa uno en la sociedad, y si se debe dar un paso al costado para proteger la vida propia o luchar hasta el final por una convicción o una ideología.
No importa tanto que religión sea la que profesan los monjes recluidos en ese monasterio en Argelia. Ellos ven a todos como iguales. Y los extremistas musulmanes que los amenazan, tampoco lo hacen porque ellos se opongan a la religión. Des Hommes et Des Dieux habla sobre como un bando lleva su ideología pacifista hasta que su vida corre peligro y como otro bando hace lo mismo, pero a través de la violencia.
Ojala el mundo se pudiera definir tan fácilmente ¿no? Pero justamente a este lenguaje simple, coloquial sencillo y sutil, apela el director. A demostrar que el mundo no debería ser complicado.
En uno de los diálogos más inteligentes, un anciano argelino intenta comprender porque un muchacho mató a su nieta, solo porque no traía puesto un manto sobre el pelo, si ambos eran de la misma religión y hablaban el mismo idioma.
Construida sobre un guión sólido, personajes creíbles y diálogos verosímiles, inteligentes, que abren lugar al debate, además de una puesta en escena rigurosa, con una fotografía magistral, tanto en interiores como especialmente en exteriores, donde se aprovecha la geografía de la región sin alardear, el film de Beavois, peca de alguna que otra escena redundante, pero nunca pierde el ritmo. El elenco es fundamental, pilares maravillosos para sostener cada acción y diálogo. Incluso en los momentos de mayor suspenso, uno puede refugiarse en la calma de los actores, para no escaparse del mundo. Lambert Wilson, Michael Lonsdale y especialmente el veterano Jacques Herlin, se destacan en esta recreación bastante libre acerca de una historia real acontecida en 1995. Meticulosa y sin pretensiones, esta película, tiene la sencillez pero la tensión de una 12 Hombres en Pugna, de nuestros tiempos.