De nuevo otra vez

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Una película distinta en la abundante cartelera cinematográfica nacional e internacional. Es la primera de la autora, actriz y directora Romina Paula, que ya escribió varias novelas como "Agosto", "Vos me querés a mí" o "Acá todavía".
"De nuevo otra vez" se enrola en una corriente autobiográfica, confesional, que incluye elementos de ficción, en que la directora se llama Romina y actúa con su hijo de cuatro años y su madre. La película plantea todas las dudas que como mujer de casi cuarenta años enfrenta ante una serie de situaciones que trata de analizar y asumir. Fundamentalmente, la maternidad la hizo encontrarse con una realidad conflictiva que asume, ama y rechaza por momentos, ante todos los cambios que despiertan en ella y que la hacen no reconocerse en relación a lo que fue hasta ese momento.
Su presente la encuentra venida de una provincia en la que vivía con su pareja y su hijo, llegada a Buenos Aires y alojada en casa de su madre. Problemas como su cambio de estado, el planteo entre asumir una separación o simplemente un alejamiento temporario de la persona amada, la hacen dudar de todo. Esto incluye el nuevo acercamiento a amigas de la infancia, un reinicio sobre la consideración de un país como Alemania, de donde su familia llegó hace muchos años manteniendo una cultura germana y un idioma que todavía la acerca a su madre (no alemana), y la posibilidad de iniciar nuevas relaciones (alumno de alemán, amiga de la amiga).

CON FRESCURA
Con espontaneidad, escenas cortas, toques musicales atractivos, monólogos sobre las dudas respecto de la maternidad y pequeños diálogos con gente joven, el filme de Romina Paula abunda en frescura, constante autorreferencismo y planteos existenciales.
Pocas veces se accede a un paneo de gente de más de 35 años, clase media media y alta que, como la autora, se revela en estado de duda y se pregunta sobre la realidad como si fueran adolescentes. Una visión curiosa que permite iniciar un viaje hacia representantes de la crisis de los 40 (como los de "Nadando por un sueño", ahora en cartel), portadores de una cultura mixta y que con una canción alemana de la infancia como fondo evocan un niño que se fue de la casa y ahora es llamado de nuevo a ella.