Crítica a “De repente, el paraíso” de Elia Suleiman
El director palestino Elia Suleiman se despacha con una comedia irónica que lleva el absurdo al extremo, criticando y desnaturalizando las situaciones que vivimos día a día en occidente, sin emitir casi palabras nos demuestra el absurdo social de París, Nueva York y Nazaret.
“De repente, el paraíso” de Elia Suleiman
“De repente, el paraíso” está protagonizada por su director, Elia Suleiman, quién sale de su Nazaret natal para conseguir fondos para financiar su nueva película. Las secuencias a lo largo de todo el film son de un humor absurdo increíble y a lo largo de toda la cinta, desde policías que hacen una coreografía a la hora de perseguir a un ladrón o un supermercado en pleno corazón de Nueva York con personas portando lanza misiles y fusiles de asalto.
Elia Suleiman no emite palabras hasta la hora y media de película. Cuando finalmente dice algo, es para contar de donde viene. “Nazaret” y “Soy palestino” es su único dialogo, es casi un espectador de todas las situaciones insólitas que ocurren a su alrededor a lo largo del viaje.
El absurdo siempre fue utilizado como una forma de crítica al mundo, así en una especie de Chaplin en “Tiempos modernos”, Suleiman nos regala una mirada absurda de occidente siendo occidente, de occidente mirando a oriente, de oriente siendo oriente y de oriente mirando a occidente. Después de este trabalenguas no queda más que recomendar que veas “De repente, el paraíso” para que saques tus propias conclusiones y además encuentres tus significados a los sin sentidos de Suleiman.
SPOILER: La escena final y la del subte son las mejores sin duda.
Desde este 20 de febrero se podrá ver “De repente, el paraíso” en los diferentes cines del país.