¿Sangre o crianza?
El significado de la paternidad es el centro de esta historia sobre bebés intercambiados al nacer.
El famoso refrán de tal palo tal astilla, que se usa por igual de manera positiva o negativa para referirse a la herencia entre padres e hijos, ha sido ampliamente cuestionado por la ciencia. También sobran ejemplos desde el cine. Pero aquí, estamos frente a un especialista en construir y deconstruir historias familiares, el director japonés Hirikazu Koreeda, que en De tal padre, tal hijo recupera varios de sus temas predilectos.
Sangre o crianza, perspectivas adultas e infantiles para dramas de familias. Con belleza, nostalgia y un profundo entramado social de personajes bien definidos, arriesga incluso un mensaje de transformación optimista para nada artificioso. La transformación de un padre que, sacudido por la inverosímil situación que le toca vivir, descubre su capacidad de amar.
La historia comienza con la familia de Ryota Nonomiya, un exitoso arquitecto, nuevo rico obsesionado con el trabajo que busca despertar en su hijo de seis años el espíritu de ganador que corre por sus venas. Su mundo va a derrumbarse. Pronto sabrá que el niño no es su hijo biológico, que hubo un intercambio de bebés y que el suyo fue entragado a otra familia. Una familia de provincia, pobre, con otros valores, con la que deberán acordar cómo intercambiar a sus respectivos hijos sanguíneos. Leyes, afectos, y discusiones familiares crecen en un drama que es despedida.
Koreeda explora, sin dar respuestas, el significado de la paternidad, la ambigüedad de un vínculo y el peso impuesto por nuestras culturas e historia personal. A la vez, nos introduce en las distintas relaciones entre padres e hijos, la que pueden e intentan construir unos, la que reclaman o necesitan los otros, los hijos. Nada menos.
"Ahora todo tiene sentido", balbuceó como primera reacción el arquitecto al enterarse de que su hijo no era su hijo. Y esa palabra, el sentido que el protagonista cree entender, es lo que realmente está en juego en toda la película. Un sentido que se irá trastocando, con padres que ya han formado su carácter y con niños que son maleables todavía, pero dueños de una mirada y una perspectiva intuitiva y afectuosa que el director asume y traduce de manera magistral. Del centro a la periferia, de la desazón a la curiosidad. Reflexión y dudas sobre un vínculo acosado por el riesgo de desconexión. Sangre y crianza, en un contexto generacional.
MUY BUENA. El director lograr contar una historia profunda y emotiva mientras dispara preguntas para todos.