Manual de supervivencia para el padre solo
Cuando la vida de Katy (Laura Fraser) se apaga rápida y trágicamente a causa del cáncer, su esposo Joe Warr (Clive Owen), atareado periodista y escritor de deportes debe modificar drásticamente sus actividades y su existencia para afrontar el golpe. Al mismo tiempo debe hacerse cargo de la crianza en solitario de su hijo Artie (Nicholas McAnulty), un niño que procesa a su particular manera la ausencia de su madre y esa presencia entre novedosa y molesta de su padre, antes distante.
Un poco perdido, Joe transita el duelo con tropiezos. Su primera esposa, además, le envía a su hijo mayor, Harry (George MacKay) a quien no ha visto en años, para unas vacaciones que posiblemente ninguno de los tres olvide. En una casa que se convierte de a poco en un campo de batalla, donde la única disciplina es la diversión y la catarsis, Joe intenta mantener unida a la familia ("somos como Mi Pobre Angelito, sólo que hay tres de nosotros" reflexiona en un momento dado) sin perder la relación cordial que supo cultivar con sus suegros. Al mismo tiempo, intenta un acercamiento entre terapéutico y de aprendizaje con Laura (Emma Booth), madre soltera de la mejor amiga de su hijito. Con tantas variables urgentes en equilibrio, Joe se sentirá muchas veces al borde de un conflicto que, llegado el momento, no sabe si podrá enfrentar.
Clive Owen lleva adelante un digno rol principal, no exento de algunos clichés. Los hijos están bien representados por los jóvenes actores Anulthy y MacKay, y lo mismo sucede con el resto de las interpretaciones: suficientes, aunque carentes de verdadera profundidad. El guión no tiene mayores tropiezos, pero tampoco momentos particularmente iluminados; se agradece el cuerpeo de guionista y director a los manierismos propios de las adaptaciones de Nicholas Sparks, que tanto tientan en argumentos como éste.
Con todo, por medio de una brillante ambientación y paisajes que por momentos hacen que el espectador olvide de qué viene la cosa, este drama sentimental tiene lo justo y poco más para conmover y gustar, aunque no llegue a encantar.