Deadpool 2: ¿Qué hacés leyendo este título? Deberías ir a ver la película.
Llega la segunda parte del queridísimo Deadpool, con mucha más acción, estilo, profundidad y chistes que su anterior película. ¿Por qué tienen que ir a verla? Sigan leyendo por favor.
La Deadpool de 2016 tenía ese aire fresco, sorpresas en términos de humor en un mundo de superhéroes donde él no específicamente es uno. ¿Alguien? Temía que esta secuela se derrumbe debido al cambio de director (Se fue Tim Miller, entró David Leitch). Podría haber sucedido un fracaso al estilo Kick-Ass, ¿no?, con una gran primera película pero sin éxito queriendo ser más oscura en la secuela. Pero, este no es el caso de Deadpool 2. Está muy lejos de serlo debido a que el factor importante de este film fue, es y será el señor Ryan Reynolds.
Desde la publicidad que impone en todos lados poniéndose el traje de Deadpool, yendo de aquí para allá hablándonos a nosotros, al espectador, rompiendo esa pared con simpatía y humor, hasta su descollante actuación en esta secuela. No olvidemos que Ryan Reynolds, además de ser uno de los guionistas de la película, no es mal actor. Al menos se lo podría considerar un laburador nato, sino miren Buried (2010) sosteniendo él solo toda una película de 1 hora y 35 minutos.
Intentaré contar lo menos posible de la trama, más allá de que Ryan “Deadpool “Reynolds nos lo pide, para no estropear las sorpresas. En sí los puntos de giro de la historia están vinculados a la locura de Wade Wilson, la cual es muy bien aprovechada para que en el transcurso del film los objetivos del protagonista vayan cambiando y produciendo así una película mucho más divertida. Todo esto basado en un arranque fuerte que duele como ese sentimiento de dolor que sentimos en la panza cuando no paramos de reírnos.
Desde el 2016 sabemos que el personaje de Marvel, Cable, iba a aparecer en esta película, el cual no decepciona para nada. Él viaja en el tiempo para hacer algo, lo cual Deadpool intenta evitar. ¿No dije nada no? Prosigamos. En esta secuela, se reflexiona mucho más que en la primera el tema de ser héroe o no, de matar o no matar. El significado importante que evoluciona con respecto al anterior film es la profundidad. Los personajes están más desarrollados, especialmente los secundarios, además de Wade Wilson y el villano. Mucha más oscuridad y complicaciones atraviesan a los protagonistas. Además, existen apariciones excelentes, tanto del lado de los “buenos” como los X-Force que irradian humor, como el de los “malvados” que especialmente uno alegrará a algunos fanáticos.
Las referencias que abundaban en la primera, son muchísimo mejores en esta segunda parte. Siendo el humor muy importante para Deadpool, estas referencias están mostradas de una manera graciosa y sorpresiva, con gran ingenio, elevando la ironía y el sarcasmo a límites insospechados.
Las actuaciones son precisas. Josh Brolin convierte a Cable en algo tan querible como amenazador. Los viajes en el tiempo agregan una rama al mundo Deadpool ¿Y Marvel? ¿Avengers? ¿O nada que ver? Podría resultar muy importante.
Asimismo Morena Baccarin como Vanessa, Zazie Beetz como Domino, Brianna Hildebrand de nuevo como Negasonic Teenage Warhead, el joven mutante interpretado por Julian Dennison el cual ya vimos en un gran film de Taika Waititi llamado Hunt for the Wilderpeople y hasta Karan Soni como Dopinder resaltan en las actuaciones de sus respectivos personajes.
Todos estos personajes, todo este metahumor, atravesado por referencias y secuencias de acción impresionantes e hilarantes se produce gracias a la estupenda sintonía a la hora de escribir que tienen los guionistas como Rhett Reese, Paul Wernick y el mismísimo Ryan Reynolds, enriqueciendo todo lo que hicieron en la primera.
Además como mencionamos sobresale la mano del nuevo director David Leitch (John Wick, Atómica) debido a las coreografías de las escenas de peleas, sin temblarle el pulso cuando los brillantes efectos especiales se destacan en la pantalla.
También se emplea Jonathan Sela como director de fotografía quien ya trabajó con el director, trabajando muy bien la cámara en los momentos de acción, trayéndonos esa adrenalina a la hora de los golpes como lo hizo con Atómica y John Wick.
Pareciera que Deadpool o Ryan Reynolds disfruta de tener todo este arenero para jugar solo y divertirse. Obviamente llama a algunos amigos para que lo ayuden, pero él arma los castillos de arena que luego destroza, mea y los vuelve a construir para volver a destrozarlos con una sonrisa y hacerte llorar.
El humor requiere de sorpresa. Tener un personaje que se ríe de sí mismo, abre muchas puertas y es una gran manera de sorprender ya que nada se toma en serio, absolutamente nada. Desde el humor oscurísimo hasta el humor sonso, esta pieza cinematográfica pasa por todos los estados de llorar de la risa, hasta no saber por qué tus ojos se llenan de lágrimas. Completamente hilarante.
Finalmente la escena post-créditos (¿La mejor de todas?) reconfirma el por qué Deadpool y Ryan Reynolds son lo mejor que le pasó al universo de los superhéroes. Es la frutilla del postre que te sirven en un viaje lleno de humor y locura. Es el moño de una caja de regalos llena de sorpresas. Es… es el mejor final de una estupenda película. Hola Sr. Deadpool, lo extrañábamos.