Si bien el regreso de Deadpool tiene los suficientes momentos graciosos para pasar un momento entretenido con el personaje en el cine, no deja de ser una continuación que ofrece más de lo mismo.
La primera producción fue un huracán que tuvo la virtud de deconstruir el género de superhéroes, con una propuesta que adaptaba con ingenio la transgresión que caracteriza al psicópata Wade Wilson en el mundo de Marvel.
Si tenemos en cuenta el desgaste que acarrean este tipo de relatos, la llegada de Deadpool tuvo un impacto enorme y no era para nada sencillo superar la primera entrega. De hecho, tal vez era una tarea imposible.
Especialmente cuando los productores tampoco tuvieron tanto tiempo en pensar el futuro del personaje, ya que el estudio Fox enseguida puso en marcha la secuela y eso se nota mucho en la nueva producción.
En este caso nos encontramos con un Deadpool fagocitado por la industria de Hollywood que reaparece en una película que no toma ningún riesgo ni se esfuerza por intentar ofrecer algo diferente.
El departamento de marketing de Fox hizo un relevamiento sobre las cosas que más le gustó al público en el film del 2016 y en el nuevo proyecto las multiplicaron por 10.
Algo muy similar a lo que ocurrió con la continuación de la comedia ¿Qué pasó ayer? o en un caso más extremo, Guardianes de la Galaxia 2.
Por consiguiente, ese espíritu anárquico e irreverente que tenía la Deadpool original ahora se convirtió en una fórmula predecible que estanca al rol de Ryan Reynolds en la redundancia.
En este exceso de referencias a la cultura popular y el género de superhéroes, más la constante ruptura de la cuarta pared para hablarles a los espectadores, te encontrás con escenas graciosas que funcionan muy bien y son efectivas (desopilante la primera misión de X-Force) y muchas otras que hacen agua.
Me pareció decepcionante por ejemplo que los guionistas tuvieran la pereza de repetir chistes del primer film como la mención a Patrick Stewart o el tema del aterrizaje de los superhéroes.
Especialmente cuando la extensa campaña de trailers brindó situaciones originales más graciosas.
La desventaja de Deadpool 2 es que de no ser por los sketches humorísticos que funcionan bien, la historia del film sería una producción olvidable de los X-Men, ya que el conflicto central es ordinario. También hay algunos momentos anti-Deadpool cuando el film intenta establecer situaciones dramáticas con el protagonista que no son convincentes.
De todos modos, un aspecto muy positivo para resaltar que levanta la debilidad del argumento son las nuevas adiciones del reparto.
En un año extraordinario para su carrera, Josh Brolin sobresale como Cable y aunque lamentablemente su rol no cuenta con mucho desarrollo, tiene una excelente química con Reynolds y te deja con ganas de ver más sobre este anti-héroe. Compro sin pensarlo una película de Cable con Brolin.
Otra grata sorpresa que me gustó mucho fue la labor de Zazie Beetz como Domino que es un personaje fabuloso y se inserta a la perfección en el equipo de Wade Wilson.
De hecho, su presencia termina por opacar a todos los personajes secundarios del film original, que en esta ocasión tuvieron roles muy limitados y no aportan nada.
A partir del tercer acto, cuando podemos ver en más escenas el trío que conforman Deadpool, Domino y Cable, esta película encuentra sus mejores momentos.
Más allá de la falta de riesgo que se percibe en esta producción, lo más decepcionante resultó la dirección de David Leitch.
Uno de los grandes maestros que tiene el género de acción en la actualidad y que viene de sobresalir con dos películas estupendas como John Wick y Atomic Blonde.
Su desempeño en las secuencias de acción dentro de este film resultó bastante genérico y me quedó la sensación que trabajó con las manos atadas por esta intención de los productores de darle más prioridad a las referencias chistosas.
A Deadpool 2 le faltó un "momento Leitch" como la épica escena de pelea de Charlize Theron en Atomic Blonde, que filmó en un plano secuencia.
En esta continuación hay numerosas situaciones de acción elaboradas con más presupuesto pero ninguna queda en el recuerdo a la salida del cine.
Quiero remarcar lo siguiente para no transmitir un panorama demasiado negativo.
La continuación de Deadpool es realmente entretenida y tiene sus momentos desopilantes (imperdible las escenas en la mitad de los créditos finales), pero en su intención de repetir la misma fórmula no consigue superar a la producción original.