En el año 2016, Deadpool (nuestra REVIEW, ACA) rompió todos los moldes imaginables. Demostró que una película de superhéroes se puede hacer con un presupuesto medio, y demostró que una película orientada a un público adulto (es decir con sangre, sexo, humor irreverente y palabras soeces) puede arrasar en la taquilla. Con estos logros una secuela era inevitable, y así llega a nuestras salas Deadpool 2.
Hola!!! Me llamo Piscina de la Muerte
Tras un incidente que lo deja devastado, Wade Wilson decide aceptar la propuesta de Coloso para unirse a los X-Men. Su primera tarea es la de frenar el sendero de destrucción de un joven llamado Nathan. Lo único que se le interpone es Cable, un mercenario viajero del tiempo dispuesto a todo para matar a dicho joven.
Muchas propuestas que se prueban exitosas sienten la necesidad de adoptar en su secuela una actitud de “más es mejor”. Sin embargo, en este caso se inclinan hacia no arreglar lo que no está roto, por lo que un gran acierto de esta secuela fue el mantenerla como una historia personal. Se apuesta nuevamente a un arco emocional que el protagonista debe atravesar y no tanto a una historia arquetípica o rimbombante del héroe salvando al mundo. La diferencia en este caso radica en que el arco emocional de Deadpool 2, anteriormente anclado en el amor romántico, ahora lo está en el concepto de familia.
Dentro del prolijo entramado argumental, el recorrido narrativo goza de sendos detalles que le complican la vida al protagonista más que arreglársela, ya sea a manos del antagonista de turno como a causa de su propia manera de ser. Las coreografías de acción son muy logradas y empatadas con la comedia, siendo esta la que no pocas veces se lleva el desempate.
Respecto a la comedia y referencias a la cultura pop, vuelven a decir presente, al igual que esa autoconciencia que tan buenos resultados le trajo en el pasado. Por otro lado, es necesario señalar que incurre ocasionalmente en algunos excesos.
Ryan Reynolds vuelve a brillar como el merc with a mouth: Impecable para los momentos cómicos, digno para los momentos dramáticos. Josh Brolin provee un acompañamiento más que digno como Cable.
El aspecto técnico también sostiene las promesas de su antecesora, con un CGI que destaca como se espera en las escenas de acción, y aún más en las de comedia. No obstante, donde el apartado brilla más es a la hora de ilustrar los poderes de Domino, una joven que simplemente tiene “suerte” (o como lo define ella, altera las probabilidades en su favor)
Conclusión
Deadpool 2 sostiene lo logrado por la original. Aunque a veces peca mínimamente en exceso con su uso de la autoconciencia (algo que la original supo medir), no le quita mérito para ser reconocida como una película con dosis más que satisfactorias de comedia y acción. Si la eligen, no la van a pasar mal.
Les insisto en que se queden durante los títulos finales, porque esta es una película donde la historia no termina con el fundido a negro y los créditos de los realizadores.