Deadpool 2 es superior a su primera parte. Todo lo bueno que logró el debut en solitario de Wade Wilson, es mejorado en esta secuela. Mientras Ryan Reynols tenga opinión y juegue de manera fuerte en todos los proyectos donde Deadpool esté relacionado, habrá buenas películas.
Apenas pasaron semanas del estreno de la primera entrega, y viendo que la billetera del estudio no paraba de llenarse (la producción del film costó un poco más de 50 millones de dólares y terminó recaudando la increíble cifra de más de 780 millones), la secuela ya estaba en desarrollo. Hoy, dos años después, la esperada segunda parte llega a los cines prometiendo un tono más oscuro, comiquero y redoblando la apuesta de lo que tanto enamoró en su peli original.
En esta segunda aventura de Wade Wilson (Reynolds), mucha sangre ha corrido debajo del puente y Deadpool sabe que ya no puede hacer el trabajo sucio solo. Por eso, deberá recurrir a Coloso (Stefan Kapicic) y a Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand), solicitando a estos mutantes un poco de ayuda de cara a una amenaza que viene del futuro para vérselas con un pequeño niño mutante. Esta amenaza, no es otra que el peligroso Cable (Josh Brolin). Es por eso que Deadpool deberá hacer todo lo posible para detener al viajero del tiempo, incluso, formar su propio equipo, la famosa X-FORCE.
Deadpool 2 a simple vista es superior a su primera parte. Todo lo bueno que logró la primera aventura en solitario de Wade Wilson, es mejorado en esta secuela. Ahora dirigida por David Leitch (John Wick 2), la historia tiene aún más acción, humor y situaciones “meta” que la primera. Con guiños, gags, homenajes, referencias, cameos, por doquier, Deadpool 2 consigue que el “chiste” de la entrega original no quede reiterativo. Uno de los mayores miedos que tenían los fanáticos, era que luego del éxito de la primera parte, los creativos y productores se quedarán con esa primera gran apuesta ganada y solo hicieran secuelas para exprimir el producto.
La estructura que tiene esta historia es bastante similar a la anterior, incluso los actos se encuentran divididos de forma clara y concisa como en la primera. Ahí es donde entra en juego la magia de los guionistas, que decidieron (acertadamente), que la película fuera una evolución completa de la primera. Incluso parece algo obvio, pero que una secuela mejore altamente a la entrega original, no es cosa de todos los días y menos en producciones de superhéroes. Puede que el desarrollo de la película suene un poco familiar, de hecho toma los mismos caminos que la primera, pero esta “evolución” se nota de tal manera que todo queda perfecto. Uno de los aciertos más destacables, es la inserción definitiva de los personajes en el universo de la saga de los X-Men. Obviamente, desde un primer momento se sabe que Deadpool es un mutante y son constantes las referencias al grupo de Charles Xavier, pero nuevamente, esa va mucho mas allá y la plantea mucho más cercanas en tiempo y espacio de lo que parecieran.
Las actuaciones son impecables, con todo el elenco original volviendo a escena y la incursión de nuevos personajes como Cable y Domino, al reparto se lo nota fortificado y acorde a lo que se quiere ver. Con un Josh Brolin metido de lleno en el mundo de las adaptaciones comiqueras, el actual Thanos del MCU, da una interpretación brillante. Con un notorio trabajo físico realizado en la previa y utilizando su don de la voz penetrante, otorga un Cable digno y fiel a las viñetas. La otra debutante es Zazie Beetz, la encargada de dar vida a Domino hace un trabajo tan bueno que calza justo con lo que se esperaba del personaje. Afianzándose como sidekick de Deadpool, tiene muchos momentos geniales y es clave en las misiones que realizan junto al mercenario bocazas. Luego, los personajes secundarios de la primera, vuelven todos. Morena Baccarin, el pólemico T.J. Miller, Leslie Uggams y Karan Soni. Todos ellos con la misma simpatía y el carisma que enamoro a todos en 2015.
Nuevamente todas las luces caen sobre el ya mencionado Reynols. Se nota y mucho que éste es su personaje. Es notorio como disfruta ser el maldito Wade Wilson. Suele pasar que cuando un actor, sobre todo el protagonista, no deja de involucrarse en el guión, en la producción y en que todo se lleve a cabo de manera correcta, la actuación pierde fuerza, por el desgaste o el “exceso” de trabajo, pero Reynols es tema serio y esa frescura que se le nota al declarar, es la misma que demuestra cuando la cámara esta encendida, aplausos eternos para él.
La música de la peli, nuevamente es un elemento a destacar. Después del mix que armaron para la primer entrega, mezclando rap y hip hop, con bandas como WHAM!, este aspecto también es superado. Aún con más diferencias en géneros que la anterior, la música logra darle otro de los toques distintivos que la, ahora, franquicia otorga. El no tomarse las cosas serias, les esta saliendo de maravilla y la música es el fiel reflejo de eso.
Deadpool 2 es el claro ejemplo de cuando el famoso dicho “las segundas partes nunca son buenas” es dependiendo de quién se encargue de dichos proyectos. Si bien el estudio posiblemente esté pensando en exprimir cada centavo con esta nueva franquicia comiquera, el fandom geek puede estar tranquilo porque mientras Ryan Reynols tenga opinión y juegue de manera fuerte en todos los proyectos donde Deadpool esté relacionado, habrá buenas películas.