Violencia y picaresca extremas con el sello Marvel
La nueva película de Marvel tiene cabezas cortadas, drogas, sexo y un superhéroe desfigurado que cuenta chistes políticamente incorrectos y está orgulloso de su superpene.
De hecho, el exmercenario Wade Wilson, convertido en Deadpool cuando lo transforman en un mutante horrible pero capaz de autocurar cualquier herida o enfermedad, no actúa demasiado como superhéroe, sino más bien como un vengador con fiebre asesina. Indignado por su falta de comportamiento superheroico, un grandulón metálico y moralista que anda con una mutante teenager que prende fuego a todo, intenta adoctrinarlo hacia el bien para conchabarlo en su especie de versión boba de los X Men. Por supuesto esos intentos sólo logran resultados relativos.
"Deadpool" explota con una impresionante masacre en una autopista con el héroe protagónico liquidando de las formas más crueles, sangrientas y humillantes posibles a más de una docena de villanos de la banda de su archivillano, el tipo que lo usó de cobayo para sus experimentos de autocuracion y terminó sometiéndolo a cosas sádicas inimaginables hasta terminar convertido en un mutante desfigurado. La furia de Deadpool sólo se equilibra con su retorcido sentido del humor, que incluye matar a esos bastardos disparándole tiros desde el centro de sus nalgas. Vista en el IMAX, esta escena de superacción y humor del mejor mal gusto es algo de no creer.
La historia de la transformación de Wade Wilson en Deadpool es contada en un largo flashback que sucede a la primera masacre. Es un largo relato contado con mucho cinismo pero también con un lado romántico-erótico que antecede a la tragedia. Es que el amor casi perfecto que experimenta el protagonista Ryan Reynolds por su novia Morena Baccarin, una pasión llena de sexo fuerte e interminable que desprende increíbles dibujitos animados en sus climax carnales, es uno de los puntos fuertes de una película que lleva a Marvel un nuevo nivel. El giro guarro por supuesto también incluye a Stan Lee, en uno de sus cameos más divertidos, demostrando que a sus setenta y pico el legendario dueño de Marvel es más pícaro que Jaimito.
De todos modos, la trama toma demasiado del "Darkman" de Sam Raimi (lo que reconoce en un chiste sobre Liam Neeson) y por otro lado, con tanta película de superhéroes, es imposible que las situaciones no se vuelvan un tanto repetitivas.
Pero el humor negro y picaresco de este superhéroe, más la violencia exagerada y la talentosa dirección de Tim Miller sirven para que este nuevo Marvel guarro sea recomendable.