Tan emotiva como abrumadora
Este drama romántico rodado con impecables recursos técnicos visuales y sonoros cuenta con el plus de no sólo basarse en hechos reales, sino de ser su directora-protagonista (Valérie Donzelli) junto a su pareja (Jérémie Elkaïm) quienes pasaron realmente por la paralizante experiencia de vida que nos dan a conocer a través de la proyección del film.
Roméo y Juliette, así como se hacen llamar en la cinta, comienzan a escribir su historia de amor tras tener feeling en una fiesta. Todo era color de rosa en su relación hasta que, tras el nacimiento de su hijo Adam, el pequeño empieza a sufrir repetidos síntomas dignos de ser revisados por un pediatra y, posteriormente, por un neurólogo que lo somete a una resonancia que permite un diagnóstico exacto y demoledor para los padres de la criatura.
Uno de los puntos fuertes de la película radica en la forma de relatarnos los hechos, a base de un realismo inmejorable y una naturalidad envidiable. Además de las sobrias actuaciones del dúo actoral principal, cabe resaltar la excelencia con la que se juega con la musicalización, sumergiendo al espectador en un festival sonoro favorablemente gustoso, intercalando melodías tanto clásicas-dramáticas como electrónicas según la característica de la escena abordada.
Declaración de vida nos mete de lleno en la crudeza de las circunstancias y en el grado de superación y fortaleza con el que se puede encarar la más adversa de las situaciones combinando positivismo, unión, amor y por qué no euforia como método de leve escape o como simple descarga de energías, generando en el público diversas sensaciones capaces de conmover hasta al tipo más duro y frío.
LO MEJOR: el elemento extra de saber que quienes actúan son los verdaderos protagonistas de los hechos reales. Conmovedora, artísticamente elegante y llamativa.
LO PEOR: la voz en off en determinadas secuencias no suma.
PUNTAJE: 7,7