Cuando triunfan las ganas de vivir
Una vivencia autobiográfica contada e interpretada por sus propios protagonistas. “La guerre est déclarée” es la versión que da una realizadora, Valérie Donzelli, de un drama personal, y lo hace acompañada de su pareja Jérémie Elkaïm, con quien debió atravesar ese difícil momento en la vida real.
Donzelli y Elkaïm son los guionistas de esta película, interpretan los personajes principales y ella es la que dirige. La historia refiere a su experiencia como padres de un bebé al que le diagnosticaron un tumor cerebral a edad muy temprana, situación que puso en crisis no solamente a la joven pareja, padres primerizos, sino también a las familias de ambos, condicionando sus vidas durante los largos años de tratamiento a que fue sometido el niño.
Así de cruda es la verdad que tuvieron que afrontar desde el momento en que recibieron la información, de parte de los médicos, de la gravedad de la enfermedad contra la que deberían luchar.
Pero la propuesta intenta eludir el melodrama, los golpes bajos y la sensiblería, y lo que hace es mostrar a una pareja de jovencitos que se aman y llevan una vida normal, como todos los jóvenes, que quieren divertirse, pasarla bien y disfrutar, pero que deben asumir una responsabilidad para la que no están ni preparados ni maduros. Miedo, angustia, actitud positiva, altibajos emocionales, pero la película pone bastante el acento en la enorme tarea de contención que los padres y el niño reciben de parte de la sanidad pública francesa, que se hace cargo del problema y consigue darle la respuesta adecuada.
En este caso, la historia tuvo un final feliz, y saber eso desde el principio ayuda a ahuyentar las reticencias del espectador a ver una película donde el que sufre es un niño. De hecho, con buen criterio, Donzelli elude concentrarse en los padecimientos de la criatura, y prefiere mostrar el proceso por el que atraviesa la pareja ante el problema.
El relato adquiere un matiz que puede considerarse heredero de la Nouvelle Vague, un poco naif, con momentos de humor, intentos de evasión, conflictos, separaciones y una oscilación permanente entre el optimismo y la tristeza.
El desarrollo de la historia es dinámico, fresco, con el fino humor como estrategia para descontracturar los momentos en que el morbo es inevitable. Tanto Donzelli como Elkaïm dan la nota emocional justa a cada circunstancia que tienen que atravesar, sin sobreactuaciones ni exageraciones. Con fina sensibilidad y una gran cuota de humildad, exponen ante los demás su propio drama de la vida privada, quizás con la intención de dar un mensaje de aliento y de esperanza. Y también es una muestra de agradecimiento a quienes los acompañaron en tan duro trance y los ayudaron a salir adelante. Por lo que finalmente, es una película, como su título lo indica, que refiere a una guerra que tiene que librar una familia contra un enemigo temible, pero al que por suerte, se puede dominar.
Como la propia Donzelli explica, “La guerre est déclarée” es “una película sobre el instinto de supervivencia y las ganas de vivir” y es ante todo una historia de amor.