NI DARIN LA SALVA
La idea no era mala: que Ricardo Darín haga de Ricardo Darín. El film podría ser un homenaje al magnetismo indudable de su figura y también un desafío, porque no cualquier famoso está dispuesto a sumarse a un proyecto tan, zonzo y disparatado. Todo es burdo y malo. La cámara, los diálogos, la historia. Falta originalidad, gracia, audacia. Los actores son de no creer, tres estúpidos que no pueden ni manejar una pick up ni añadirle chispa a nada. El desfile de insólitas torpezas trata de sostener lo insostenible. Ni las caras conocidas ni el humor negro ni por supuesto las pocas secuencias con Darín logran sacar al film del pantano.