El director Travis Z hizo hace un par de años una muy olvidable remake de Cabin Fever y también esta otra remake de una película de terror irlandesa. Su Demonio de medianoche empieza con algo así como ímpetu, una pequeña carga de fuerza y velocidad para narrar que se pierden en poquísimos minutos. Y enseguida nos damos cuenta de que el terror fantástico suele necesitar de reglas más consistentes que las que propone este cuco que revienta gente con saña y música fuerte. Están por ahí Robert Englund y Lin Shaye en modo extra intenso y hay mucha sangre derramada, negociada y salpicada que no logra en ningún momento levantar la anemia de esta narración tediosa por arbitraria e irrelevante.