La lógica de la reproducción humana es que los padres críen a sus hijos, y, de ese modo, los van conociendo con el correr del tiempo. Pero en esta película israelí de Savi Gabizon ocurre a la inversa. Ahí radica la originalidad de la narración que sucede en la actualidad.
Todo comienza cuando Ariel (Shai Avivi), un hombre maduro, empresario industrial, de una buena posición económica, acude a una cita con su ex mujer Ronit (Asi Levi), después de no verse durante 20 años, y ella le dice que tiene un hijo de 19 años, pero que murió recientemente en un accidente automovilístico. Él, que pensaba que no tenía descendencia, se encuentra con esta sorpresa que lo descoloca, pero no huye, inmediatamente se compromete a colaborar en lo que pueda para ayudar a su ex, como también a sí mismo.
La película transita la delgada línea que separa a una historia lacrimógena, de otra más amena de contar. Porque, pese al dramatismo y profundidad de la situación, siempre tiene una mirada positiva de los hechos.
De recorrida está Ariel. Mientras intenta asimilar la realidad se contacta con personas que conocieron a su hijo, desanda los mismos sitios, y hasta intenta imitarlo con algunas conductas y costumbres. Lo hace para comprenderlo y acercarse a él, de ese modo lo sobrelleva desde una ubicación distinta. Es una forma de hacer su duelo.
A través de los otros descubre quién fue su hijo. Por ese motivo siempre está en movimiento, y esa dinámica hace atractivo al relato. No decae, pese a que casi todo pasa en un pueblo de Israel.
Los diálogos son medidos y efectivos. Con cada interlocutor que le describe una anécdota o un conflicto el protagonista va armando el rompecabezas, de lo que se perdió por no estar con su hijo.
Si todo el film se hubiese circunscripto a contar cómo hace el personaje principal para lograr su objetivo, sería una historia más compacta y homogénea. Pero como desde el guión abrieron una vía de escape, para darle un tinte esperanzador y no tan angustiante al drama imperante, se contrapone a las buenas y convincentes actuaciones, las locaciones elegidas y ciertos detalles importantes para describir la personalidad del chico, que le resta un poco a la puntuación final.