Descubriendo a mi hijo es un drama sobre la pérdida de un hombre que intenta rastrear de manera obsesiva el pasado de su hijo, al cual nunca conoció.
Ariel Bloch es un hombre de negocios, dueño de una fábrica y sin hijos. Recibe la visita de una antigua novia de la universidad a quien no veía hacía veinte años. Ella le dice que después de estar juntos quedó embarazada y que tuvieron un hijo que acaba de fallecer en un accidente de auto. Ariel decide ir a descubrir a los amigos y conocidos de ese joven para reconstruir lo que fue su vida.
Descubriendo a mi hijo no es el drama común sobre un hombre que intenta conectarse con su hijo. Desde ese punto de vista la película apuesta a un concepto totalmente diferente, pero es este mismo punto lo que le juega a favor y en contra. Por un lado, Ariel conecta con el crecimiento de su hijo, sus amigos, su gusto por la música y la poesía, sus amores idílicos y también la relación de él con su madre. Mientras que como padre lo único que ve son los detalles buenos y positivos de él, niega completamente sus fallas.
Pero por el otro, el film se mueve en un lugar muy absurdo que lo aleja de lo verosímil que puede ser un drama clásico. La actuación de Shai Avivi es muy correcta y todo el relato está construido desde su punto de vista, pero el espectador nunca genera empatia con su personaje. Imposible sentir compasión por su dolor, hay una pena oculta del protagonista que nunca se menciona y se da a entender con sus actos, pero algunos de estos son tan extremos que nos ponen en contra de sus decisiones todo el tiempo.