Un duelo muy particular
El último film del realizador israelí Savi Gabizon, Descubriendo a mi Hijo (Ga’agua, 2017), es un drama sobre el duelo de un exitoso e inclemente empresario que se entera que tiene un hijo de diecinueve años que acaba de morir en un accidente automovilístico. La muerte desata un estado de duelo en su interior que lo lleva a descubrir la personalidad y la historia de vida de su hijo fallecido trágicamente.
Al recibir la noticia de que tiene un hijo y que acaba de morir, de parte de una ex pareja a la que no veía desde hace casi veinte años, Ariel Bloch (Shai Avivi) decide viajar a la ciudad en la que vivía su primogénito para asistir al funeral con curiosidad y una angustia que se acrecienta. Al indagar en la vida de su hijo con los que lo conocieron, se entera de que fue expulsado del colegio y no se pudo graduar debido a un poema pintado en una pared de la escuela en el que le confesaba su amor a la profesora de francés, Yael (Neta Riskin), de que antes de morir había comprado un kilo de hachís para vender entre sus amigos junto a un compañero y que estaba de novio con una adolescente de quince años, con la cual convivía desde hace varios años en la casa de la familia de la chica. El encuentro en el cementerio con un hombre que perdió a su hija adolescente, los poemas de su hijo y las charlas con la profesora de francés le proveen una perspectiva a un hombre que descubre en su hijo a un joven talentoso para la música y la poesía, pero afligido por el rechazo.
La tragedia provoca en Ariel la necesidad de indagar sobre la vida y la muerte de su hijo, interpelando y reclamando información al personal de la escuela, a la profesora de francés que Adam (Adam Gabay), el joven fallecido, acosaba, a la familia de la chica con la que convivía y a cuanto personaje se le cruza en una odisea que de a poco va transformándose en un viaje onírico y fantástico sobre la existencia tras perder a un familiar cercano. Pero Ariel no solo descubre a su hijo sino que este camino lo lleva a descubrirse a sí mismo, adentrándose en sus propias miserias y en la historia con su propio padre.
Descubriendo a mi Hijo es un film que enfrenta la dureza de la pérdida con la alegría del descubrimiento de las huellas de una vida que supo dejar su impronta en los que lo conocieron. La actuación de todo el elenco es muy buena, dando cuenta de una gran versatilidad para componer una situación de gran angustia que sacude los fundamentos de la identidad del protagonista. La composición de las escenas es muy detallista, construyendo actos íntimos y tensos que presentan a personajes atribulados por la trágica coyuntura que buscan caminos para sanar la pérdida. Gabizon construye así una obra sobre el duelo desde un lugar heterodoxo, que busca encontrar la alegría de vivir en los acontecimientos trágicos pero sin descuidar el costado emotivo del desconsuelo de la pérdida de un ser querido, aunque no se lo haya conocido nunca.