Una de cal y una de arena para David y Álex Pastor. Por una de esas casualidades de la vida, esta semana se estrenan dos películas escritas por los hermanos, y si apenas salían airosos en Self/less, en Out of the Dark fallan miserablemente en ingeniárselas para evitar caer en un cliché tras otro del género de terror.
Por un momento, uno pensaría que estamos por ver algo diferente. Buenas locaciones latinas -la película se filmó en Colombia-, linda pareja protagónica -Julia Stiles y Scott Speedsman- y una historia decente. ¿Qué paso entonces? Habrá que preguntarle al director novato Lluís Quílez que sucedió en el camino, porque se puede culpar un poco al guión de los hermanos Pastor y Javier Gullón -quien escribió en 2013 la intrigante Enemy-, pero por regla general el capitán del barco se debe hundir con su preciada embarcación, y eso es lo que le pasa al realizador.
Algún que otro susto funciona, pero la cantidad de lugares comunes que se apilan ahoga cualquier intento de parte del elenco de salvar las apariencias. No hacen falta más de quince minutos para adentrarse en la trama y decidir que apenas importan los personajes, y mucho menos lo que les suceda debido a la cantidad de decisiones estúpidas que toman. Pero podrán decir "¡hey, eso es lo que hace que las películas de terror sean películas de terror!", pero cuando los recursos para capturar horror en pantalla siempre son los mismos, poco y nada puede asustarse el espectador excepto con un ruido fuerte que lo tome por sorpresa.
Otra semana, otro estreno de terror para llenar la cuota habitual. Out of the Dark no ofrece nada nuevo excepto un agradable escenario donde transcurre la acción, y un elenco actuando en piloto automático. Nada más.