Ni santas ni putas
¿Desde qué lugar enfocar un análisis sobre Desearás al hombre de tu hermana (2017)? Esta es la pregunta principal que uno debe hacerse ni bien se acerca a la cuarta película de Diego Kaplan (¿Sabés nadar?, Igualita a mí, Dos más Dos). ¿Es una comedia? ¿Un drama? ¿Un thriller erótico? ¿Hay que tomársela en serio o en broma? Desearás al hombre de tu hermana puede ser todo eso junto (y más). Un híbrido inclasificable que funciona como un homenaje paródico al cine erótico de los años 70 y principios de los 80 con referencias que van desde Armando Bo a Pedro Almodóvar. Un pastiche postmoderno que si se lo piensa como tal funciona a la perfección.
Ambientada a principios de la década del 70, la historia escrita por Erika Halvorsen (la misma de El hilo rojo) se centra en la vida de dos hermanas Lucía (Mónica Antonópulos) y Ofelia (Carolina Ardohain). Ambas están distanciadas y se reencontrarán en la boda de Lucía con Juan (Juan Sorini). Entre Ofelia, de novia con Andrés (Guilherme Winter), y Juan nacerá una atracción sexual que no podrán controlar y que conducirá al espectador a un viaje entre el pasado y el presente para contar el porqué de la rispidez entre ambas hermanas.
Kaplan toma y asume riesgos infrecuentes en el cine argentino y eso hay que agradecérselo. Desde la primera escena, en la que Ofelia niña se masturba con un almohadón mientras ve por la televisión un hombre montando un caballo, que el espectador debe prepararse para lo que vendrá. Desnudos frontales, sexo, diálogos tan absurdos como bizarros… Y es que Desearás al hombre de tu hermana es una película donde todo es exagerado. La música ampulosa, el color saturado, el arte cargado, todos están sobreactuados. Los diálogos de Andrea Frigerio en la piel de la madre sexy, frívola y algo (o bastante) desquiciada son tan bizarros como antológicos, y hasta el casting de malos actores (solo Mónica Antonópulos y Frigerio salen airosas) da la sensación de que es adrede y que forma parte de uno de los tantos riegos que el cineasta decidió asumir. Si Frigerio y Antonópulos bien podrían ser chicas Almodóvar, Pampita sería una especie de bomba sexual de una película de Armando Bo, una Isabel Sarli inocente y ninfómana.
La estética visual y sonora que vira entre lo kitsch y lo pop sin duda que remiten al Almodóvar inicial, mientras que las escenas sexuales podrían ser dignas de Armando Bo. La lucha en el barro es un claro homenaje, de la misma manera que el empleo del zoom en la escena de la pileta. Pero también la película remite a las películas del argentino Leo Damario, una suerte de enfant terrible del cine fashion local con películas como Palmera (2012) y Olympia (2011), en donde la mujer se corre del lugar de objeto del deseo para ser sujeto de ese deseo, lo kitsch se transforma en cool para estilizar la imagen y la fragmentación del tiempo marca el relato.
Desearás al hombre de tu hermana es un claro homenaje a ese cine y se ríe de todo. Que no puede ser pensada como un drama familiar, ni como una comedia liviana, ni como nada serio. Simplemente como una película que tributa a aquellos cineastas y actores porno soft de los 70 y 80 que el tiempo revindicó y hoy son de culto. Los años dirán si corre la misma suerte.