Antes del estreno de esta nueva película de Diego Kaplan (¿Sabés nadar?, Igualita a mí, y Dos más dos), resultaba difícil esperar un milagro. Todo parecía conspirar en contra: un trailer que hacía temer lo peor, un guión basado en un libro de Erika Halvorsen (autora que generó material para la lamentable El hilo rojo), un debut protagónico en la pantalla grande de la mediática Pampita (aquí en los créditos con su verdadero nombre, Carolina Ardohain); y un realizador como Kaplan que se vislumbraba ya sin la brújula de las comedias de fórmula protagonizadas por Adrián Suar.
Sin embargo, desde los créditos de apertura hasta el final, Desearás al hombre de tu hermana es un festín del exceso, que multiplica la apuesta de referentes como el primer Pedro Almodóvar o Armando Bo. La premisa argumental es muy simple: dos hermanas enfrentadas desde hace mucho tiempo, se encuentran en el casamiento de una de ellas. Las tensiones no tardarán en resurgir, cuando la recién llegada Ofelia (una Carolina Ardohain a la que le falta mucho como actriz, pero que no desentona del todo en este festín kitsch), tendrá una química automática con el flamante marido de Lucía (bellísima y afilada Mónica Antonópulos). Las dos chicas han sido criadas bajo el dictamen de una madre border y libertina (descollante Andrea Frigerio), y allí en el medio deambulan los chongos de ambas: el astro brasileño de la televisión Guilherme Winter y el galán de la tele argenta Juan Sorini.
La performance de taquilla de Desearás al hombre de tu hermana en estos primeros días de exhibición ha sido más bien magra, cerca de 30.000 espectadores en 222 pantallas en el país. La expectativa comercial era mayor, pero el público general, mayormente traccionado por la presencia de Pampita en la pantalla, se ha visto desconcertado frente a este auténtico desmadre cinematográfico. Todo aquel que haya ingresado en la sala con la ilusión de ver una película erótica, con algunos apuntes de melodrama; saldrá inevitablemente decepcionado. Porque la propuesta del film es absolutamente bombástica. Diálogos absurdos, actuaciones pasadas de rosca, culebrón desquiciado, humor insurrectgo, escenas de sexo que están lejos del cliché del erotismo; son algunos de los tantos condimentos con los que cuenta este suculento banquete.
Si de sexo se trata, el cine argentino suele ser contenido y pacato hasta la médula. De hecho, la calificación de este film para mayores de 18 años, no sólo es la confirmación del nivel de irritación al que llegan los integrantes del comité calificador del INCAA cuando aparece un pene en pantalla, o se dice muchas veces la palabra "verga". Ya desde el comienzo, cuando vemos a las dos hermanas de niñas, teniendo una cabalgata masturbatoria sobre un par de almohadones mientras ven a un jinete en televisión; la película coquetea con el juego sobre la búsqueda del orgasmo.
Pero Desearás al hombre de tu hermana es una apuesta osada, no por su nivel de explicitez, ni mucho menos por un abordaje profundo a las aristas y límites del deseo femenino. El auténtico motor de sus sorpresivas elecciones tiene que ver con la auto conciencia absoluta a la hora de su construcción como pastiche. Más allá de las mencionadas referencias a Almodóvar, por una sensibilidad kitsch en su nivel más hiperbólico, y a Bo, por sus escenas de sexo en pleno fango; el film combina con mucha destreza todo un arsenal de momentos absurdos y desprejuiciados. Por lo tanto, todo espectador que no tenga una sensibilidad muy desarrollada hacia este tipo de productos que oscilan entre el camp y lo bizarro; podría pasarla muy mal en la sala.
Desearás al hombre de tu hermana está pensada como una sucesión de momentos cliperos, con canciones y música original que remite a lo más meloso de los años '70. La película va como un trip insolente, en el que se combinan desde escenas de sexo oral de las chicas hacia lugareños negros de musculatura descomunal, hasta una madre que suministra a sus hijas extrañas píldoras para que ellas potencien su despertar sexual.
En la tensión que hay entre las protagonistas, juegan los celos y la competencia en sus destrezas amatorias. Pero aunque, haya pasajes que emulen el más lacrimógeno melodrama, o incluso una pelea entre los hombres de estas féminas, que deriva en un sangriento festín gore; Kaplan no pierde nunca el aire de soltura y desenfreno que atraviesa a todo el film.
Este atípico producto, que ha tenido un lanzamiento masivo, tanto a nivel publicitario como de cantidad de pantallas, le ha jugado una simpática trampa al espectador. Mientras Carolina Ardohain se pasea en varios programas de televisión promocionando a la película como una suerte de manifiesto del deseo femenino, Desearás al hombre de tu hermana se erige como la propuesta más fresca y desfachatada del cine argentino modelo 2017. Un producto que salió al ruedo arropado como si fuera un tanque comercial, cuando bajo sus calzoncillos y corpiños, es un auténtico sacudón a las adormecidas fórmulas del cine industrial argentino.
Desearás al hombre de tu hermana / Argentina / 2017 / 90 minutos / Apta para mayores de 18 años / Dirección: Diego Kaplan / Con: Carolina Ardohain, Mónica Antonópulos, Juan Sorini, Guillherme Winter, Andrea Frigerio / Se exhibe en Village, Cinem