"La crítica de una realidad social"
La nueva película del director Stephen Daldry (“Billy Elliot”, “El Lector”) es “Trash: Desechos y Esperanza”, la cual se centra en tres niños de los barrios marginales de Río de Janeiro, Brasil, quienes encuentran una cartera en el basural y se disponen a terminar la tarea que comenzó el dueño de ese objeto que se convierte en algo preciado para los chicos.
A lo largo de esta historia, los protagonistas deberán enfrentarse a persecuciones, al maltrato y la brutalidad policial, a las consecuencias de la corrupción y a desconfiar de las personas que supuestamente nos mantienen seguros, buscando en otros adultos la ayuda para llevar a cabo su misión.
A pesar de que probablemente se tomen a las favelas como una descripción de Brasil, o sobre todo de Río de Janeiro y muchas veces se utilicen generalizaciones o clichés al respecto, lo que se destaca principalmente de “Trash: Desechos y Esperanza” es la crítica de la realidad social presente.
A partir de esta historia podemos enterarnos de la corrupción política y policial de Río de Janeiro, como también de la pobreza que existe en dicho lugar. La película nos proporciona imágenes muy fuertes de los basurales, como de la marginalidad en la que vive la gente, sobre todo estos tres chicos que tienen el papel protagónico.
Fue un gran acierto tomar la historia desde la perspectiva de los niños, ya que ven al mundo de otra manera que los adultos, pero que a la vez son muy maduros y desconfiados, debido a la dura realidad que les toca vivir. Asimismo, las actuaciones están muy bien logradas y nos transmiten diversas sensaciones.
El ritmo de “Trash: Desechos y Esperanza” es muy dinámico, tiene un comienzo bastante fuerte y mantiene la intriga en todo momento. Cada tanto se van presentando distintas pistas que hacen que el relato avance de una forma muy ligera. No te abruma desde entrada ni se hace aburrido en ningún instante.
Además, se observan muchos detalles que tal vez al principio uno piensa que daría lo mismo si estuvieran o no en el guión, pero luego nos damos cuenta que tenía un propósito mucho mayor. Esos momentos están pensados también para contribuir a que la historia avance.
Por otro lado, es muy importante tener en cuenta el tema del idioma, el cual se mantiene el portugués en casi todo momento. Este elemento hace que la película sea más realista.
El final tal vez es lo menos acertado y menos realista, pero esto no impide que “Trash: Desechos y Esperanza” sea una película muy lograda sobre una realidad social de Brasil, con su pobreza y corrupción, pero tratada de una manera ficcional con una cierta intensidad y misterio.
Samantha Schuster