Las malditas fumigaciones
Sí, claro, se trata de un documental de denuncia. De una denuncia atroz donde quedan al desnudo las muertes y las enfermedades incurables producidas por las fumigaciones que protegen al monocultivo.
Pero no es una clásica denuncia al voleo, al estilo informe televisivo, ya que el trabajo de Ulises de la Orden (Río arriba, Tierra adentro) explora voces y territorios sobre el mundo actual y el motivo principal de alimentar al mundo sin fijarse en el costo humano. Por eso, Desierto verde se aleja de las convenciones y rutinas de esta clase de relatos –pese a que algunas de sus elecciones estéticas descansan en las cabezas parlantes– al bucear en los asesinatos producidos en el Barrio Ituzaingó Anexo de la provincia de Córdoba.
Como si el realizador investigara al estilo detective privado las causas y consecuencias del horror, Desierto verde viaja por el mundo buscando voces que expliquen el desastre.
Así, los testimonios oscilan entre el conocimiento minucioso y didáctico sobre el tema hasta el llanto y el dolor irremplazable de aquellas víctimas ocasionadas por decisiones ajenas.
En algún punto también puede aducirse que se está frente a una película de juicio, ya que los responsables y victimarios son expuestos por la cámara al detalle, sin escamoteos sonoros y visuales.
Allí se encuentran las dos partes, aquellas que aducen que Argentina (como también Brasil) podrían vivir de la soja y alimentar al mundo y no darles la razón a los "ecologistas perdedores". Pero, también, quedan los rostros tristes y acongojados de los familiares de los muertos.
En ese lugar inteligente se ubica Desierto verde, no únicamente en la valiosa y veraz denuncia, sino en la posibilidad de plantear una serie de interrogantes que aun no tienen respuestas.