Torrentes de amor.
Desmadre, fragmentos de una relación es un documental sobre madres e hijas. Pero aunque como tal es realmente muy bueno, su verdadera gracia radica en que parece una ficción por lo gracioso y emocionante que llega a ser por momentos. Reírse como en una comedia, emocionarse hasta las lágrimas, cosas que los guionistas buscan desde el nacimiento del cine y que Desmadre logra con una absoluta naturalidad. Sí, es un documental, pero trabaja en diferentes niveles, lo que le permite entrar y salir de las reglas del documental y por momentos ver todo como una ficción. La historia es la de la directora Sabrina Farji, sus dos hijas y su madre. Tres generaciones de mujeres que sirven para tratar el vínculo entre madres e hijas. Desmadre es un documental que narra la historia de cómo se filma dicha documental, lo que aporta un constante metalenguaje que llega incluso a discutir la naturaleza del documental, no el que se está haciendo, sino todo el documental. Pero siempre con una transparencia absoluta, siempre de forma entretenida e interesante. Con lo que describí hasta acá queda claro que es una película muy compleja y profunda, aun cuando jamás se vuelva pomposa o se tome a sí mismo como algo importante. A lo mencionado hay que agregarle testimonios a cámara de muchas madres de diferentes edades, de diferentes características, todas ellas contando con emoción, sin emoción, con tonos muy variados, su experiencia con la maternidad y el vínculo con sus hijas. Y hay más, claro, porque la película suma más capas cuando agrega videos caseros, esa forma amateur de documental que aquí cobra una importancia fundamental para el sentido de la película.
La película no es una oda a la maternidad ni una bajada de línea que busca idealizar la condición de madre. Tampoco lo demoniza, simplemente lo describe con todos sus detalles. Así como también el deseo de no ser madre, llegado el caso. También se percibe como cambian los roles de la mujer en la sociedad generación tras generación. No lo hace solo con los testimonios, sino con todo lo que vemos en la pantalla. Siempre, que quede claro, con un brillante y lúcido sentido del humor y la capacidad de la directora de reírse de sí misma.
Con las peleas, las charlas, las historias, los paseos, los chistes, los reclamos, las dudas, las contradicciones, las cuatro mujeres protagonistas terminan armando una reflexión sobre los vínculos entre madres e hijas que tiene la potencia y la profundidad de un biblioteca sobre el tema, pero a la vez es la más lúcida y simpática de las comedias que uno pueda imaginar sobre esta temática. Es más, las comedias sobre este tema resultan poco absurdas y graciosas, comparado con esta película. Pero también, y que quede claro, todo el film está atravesado por el amor que esas mujeres se tienen. Qué el film tenga el atrevimiento de mostrar momentos más oscuros o menos simpáticos de los personajes, no hace más que hacer que nos encariñemos más con ellas. La ficción tienen sus métodos para contar historias, pero de tanto en tanto el documental nos recuerda que la verdad es muchas veces más graciosa y disparatada de lo que puede escribir un guionista. Desmadre es una maravilla que nadie debería perderse, más allá del vínculo que tenga con su madre, porque tiene todos los ingredientes de una excelente película.