Todo sobre mi hija y yo
Desmadre (2012) marca el debut en la dirección de la actriz Jazmín Stuart, junto al más experimentado Juan Pablo Martínez (El hombre que corría tras el viento, 2009), con una comedia dramática sobre el duro trabajo de ser madre e hija a la vez.
Una hija adolescente que intenta crecer y una madre madura que no deja de comportarse como una adolescente son el eje del conflicto de una historia sobre la exploración del universo femenino a través de los vínculos filiales. Carla tiene 19 años y vive en Buenos Aires, su madre que hace tiempo partió rumbo a Europa regresa al país cuando su millonario marido (con el que tiene una ambigua relación) es secuestrado y deba al menos hacer acto de presencia. Dicha situación servirá como excusa para indagar los cortocircuitos que unen (y desunen) a estas dos singulares mujeres y la relación con el mundo que circunda a cada una de ellas.
Basada en la novela del autor mexicano Guillermo Fadanelli, Para ella todo suena a Franck Pourcel, Desmadre funciona por la interesante composición que hacen de sus personajes la siempre eficaz Claudia Fontán y la versátil Florencia Otero, quienes se animan a llevar a sus personajes a límites extremos de incredibilidad a los que el talento de ambas vuelve creíble.
Sin ser una película perfecta, hay un primer flashback algo confuso y algún que otro error fortuito, Desmadre gana ante una puesta en escena fresca, con reminiscencias pop y cierta “cosa” under que terminan por darle un toque de personalidad bastante ausente en el cine contemporáneo argentino. Una mezcla que no siempre sale bien pero que el espíritu de la novela original necesitaba para ganar fuerza en la transposición a la pantalla grande.
Tanto para Jazmín Stuart como para Juan Pablo Martínez Desmadre resultó un primer y segundo intento, respectivamente, que bien valió la pena y que les asegura un promisorio futuro cinematográfico detrás de las cámaras, y obvio delante también.