El director chileno Sebastián Lelio sigue con sus sensibles y provocadoras exploraciones de la intimidad del universo femenino. Tras Gloria y Una mujer fantástica(ganadora del Oscar), escribió y filmó su primera película en inglés, basada en la novela de Naomi Alderman. Ronit (Rachel Weisz) es una fotógrafa británica radicada en Nueva York. En medio de una sesión le avisan que su padre, un influyente rabino de la comunidad ortodoxa de Londres, ha muerto. Ella. que se mantuvo alejada y adoptó un estilo de vida más moderno, regresa y se reencuentra con quien fuera su mejor amiga (y algo más) de juventud. En cambio, Esti (Rachel McAdams) no solo se quedó allí y aceptó sus reglas, sino que además se casó con Dovid (Alessandro Nivola), al que todos ven como el futuro líder religioso. La atracción entre Ronit y Esti no tardará en reaparecer, pero el eje pasa por la búsqueda de la identidad y, en definitiva, la reivindicación de la libertad de elegir el camino propio por sobre los condicionamientos sociales o religiosos. Lo que en principio parece ser un prolijo y algo académico estudio psicológico se va convirtiendo en algo bastante más complejo y profundo. A partir de una narración rigurosa y de notables actuaciones del trío protagónico, Desobediencia resulta un film tan cuestionador como noble. Otro hallazgo de un director con un presente exitoso y un futuro brillante.