Puedo garantizarles que los primeros minutos de "Después de Sarmiento" invitan a la desestructura. En un acto escolar, un abanderado y dos escoltas escuchan (junto a todos los asistenes), la música de una clásica canción patria (el himno a Sarmiento). Todo parece bien tradicional pero pasados unos minutos, desde los parlantes se cambia la versión, y aparece una cumbia (con los mismos acordes) para desconcertar a la audiencia que rápidamente buscan complicidad con sus miradas. En definitiva, ese pequeño gesto es reflejo fiel de una cultura que revisa y vuelve sobre sus pasos para plantearse otra melodía.
Todos se quedan sorprendidos con el cambio de ritmo pero nada se desborda. Hay lugar para lo distinto, hay espacio para lo genuino que aportan los chicos.
La escuela donde transcurre el registro de este documental, es el Domingo Faustino Sarmiento de Libertad y Juncal (en el corazón de Buenos Aires) . Lugar bastante particular, como toda la zona cercana a Retiro, recibe un alumnado mixto, de distinta extracción social, que convive en las aulas y desarrolla sus vínculos, de acuerdo no sólo a su cultura de pertenencia, sino también a la de oposición.
Aquí, tenemos chicos del barrio y de la villa 31 de Retiro y clase media del lugar, transitando por las conflictivas aulas de una escuela secundaria clásica de la ciudad. Hoy en día la adolescencia es un espacio de difícil tránsito y mucho más si focalizamos en un espacio donde circulan adolescencias de distintas clases sociales. "Después..." hace su aporte a un pequeño grupo de documentales que enfocan en la vida escolar después de la primaria.
Márquez plantea un marco de observación relajado pero atento, dispuesto a ponerle voz e imagen a las inquietudes de los jóvenes que reciben clases en dicha escuela. Se dice mucho desde lo verbal, pero también se acompaña con lo gestual y eso aparece en el registro. La naturalidad del relato que se va construyendo, atrae y convoca.
El tema del mundo del trabajo, las relaciones con los compañeros, los desafíos de la inserción social, las disputas en los dos centros de estudiantes (hay uno para cada turno), la delincuencia, el uso de drogas, los miedos y expectativas de los chicos, son temas que atraviesan a esta generación y que ellos quieren traer, cada vez más.
Lo cierto es que Márquez logra mimetizarse con el medio y pasar desapercibido, registrando interacciones y diálogos que sorprenderán a quienes no transitan aulas en este tiempo. La cámara registra con naturalidad y nos sentimos dentro de la escuela misma, somos uno más en el aula, escuchando clases y compartiendo el espacio con los alumnos.
"Después de Sarmiento" también posa su ojo sobre la mirada docente y sus inquietudes. Analiza la manera en que imparten clase y abre el debate sobre las cuestiones curriculares específicas, mostrando la manera en que los docentes debaten sobre los contenidos que imparten.
En este tiempo, la reforma de la educación (la NES, o Nueva Escuela Secundaria) genera mucho debate entre los cuerpos de profesores, porque propone una mirada distinta, moderna y flexible para proveer de contenidos significativos los procesos de aprendizaje de los adolescentes de la ciudad. Pero genera debate, fricción y desencuentros, ya que se encuentra en etapa de aplicación. Esto también circula en el material, con lo cual su valor crece como documento para preguntarnos no sólo que enseñan nuestros docentes, sino cómo lo enseñan y a quiénes, en qué contexto.
Márquez se luce en su registro. Deja fluir, comparte con el espectador y logra trazar un pequeño recorte que atrae, porque en definitiva, es un fresco de la educación actual. Ideal para educadores y padres, "Después de Sarmiento" es un cinta que complementa otras de temática similar ("Escuela Normal", "La toma", etc) y que es de gran valor para quienes se interesan por la educación a todo nivel.