Una joven pareja vive su rutina, agobiante pero por un tiempo soportable. No son lo que esperaban ser y tampoco lo que su entorno espera que sean. En esas grietas intentan encontrar su lugar, darle sentido a sus vidas y a lo que tienen alrededor.
Llevan varios años juntos, comparten un hijo en común y una costumbre. Israel (Otto Jr.) y Laura (Carla Kinzo) parecen conversar de muchas cosas menos de lo que realmente les preocupa. Entre la apatía y la desconexión mutua se filtra la vida diaria, las responsabilidades y los mandatos familiares que nunca dejan de pretender salirse con la suya, una situación que solo parece encontrar un escape en la súbita desaparición de Laura.
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Alta Peli
CRÍTICASDesterro (REVIEW)
por
Matías Seoane
publicada el 10/11/2021
Desterro, la muerte que despabila. Crítica de spoiler imposible
Una joven pareja vive su rutina, agobiante pero por un tiempo soportable. No son lo que esperaban ser y tampoco lo que su entorno espera que sean. En esas grietas intentan encontrar su lugar, darle sentido a sus vidas y a lo que tienen alrededor.
Llevan varios años juntos, comparten un hijo en común y una costumbre. Israel (Otto Jr.) y Laura (Carla Kinzo) parecen conversar de muchas cosas menos de lo que realmente les preocupa. Entre la apatía y la desconexión mutua se filtra la vida diaria, las responsabilidades y los mandatos familiares que nunca dejan de pretender salirse con la suya, una situación que solo parece encontrar un escape en la súbita desaparición de Laura.
La sinopsis de Desterro es tan irrelevante como difícil de poner en palabras, porque su propuesta no se trata de llegar desde un punto a otro a través de una secuencia de eventos como en el promedio de las películas, y hasta puede parecer “desordenada”. Desterro está separada en tres actos, cada uno con su característica: uno dedicado a Laura con un tono algo onírico, otro a Israel cargado de angustia frente a una situación inabarcable que lo sobrepasa, y uno compartido entre ambos, que con perspectiva y límites temporales difusos nos pone en situación respecto al clima de opresión general en el que viven. En cada una de estas partes cambia el punto de vista de la narración pero además no siguen un orden temporal lineal y estricto, situación que colabora para construir el clima que cada parte necesita.
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CRÍTICASDesterro (REVIEW)
por
Matías Seoane
publicada el 10/11/2021
Desterro, la muerte que despabila. Crítica de spoiler imposible
Una joven pareja vive su rutina, agobiante pero por un tiempo soportable. No son lo que esperaban ser y tampoco lo que su entorno espera que sean. En esas grietas intentan encontrar su lugar, darle sentido a sus vidas y a lo que tienen alrededor.
Llevan varios años juntos, comparten un hijo en común y una costumbre. Israel (Otto Jr.) y Laura (Carla Kinzo) parecen conversar de muchas cosas menos de lo que realmente les preocupa. Entre la apatía y la desconexión mutua se filtra la vida diaria, las responsabilidades y los mandatos familiares que nunca dejan de pretender salirse con la suya, una situación que solo parece encontrar un escape en la súbita desaparición de Laura.
La sinopsis de Desterro es tan irrelevante como difícil de poner en palabras, porque su propuesta no se trata de llegar desde un punto a otro a través de una secuencia de eventos como en el promedio de las películas, y hasta puede parecer “desordenada”. Desterro está separada en tres actos, cada uno con su característica: uno dedicado a Laura con un tono algo onírico, otro a Israel cargado de angustia frente a una situación inabarcable que lo sobrepasa, y uno compartido entre ambos, que con perspectiva y límites temporales difusos nos pone en situación respecto al clima de opresión general en el que viven. En cada una de estas partes cambia el punto de vista de la narración pero además no siguen un orden temporal lineal y estricto, situación que colabora para construir el clima que cada parte necesita.
Dentro de esa estructura, los eventos en sí nunca son tan importantes como la forma en que son narrados o los efectos que buscan provocar en el público. Con estos fragmentos de la vida de Laura e Israel, la directora Maria Clara Escobar se dedica a construir climas que hablan mucho más que las líneas de diálogo recitadas.
Por eso Israel y Laura no hablan de ellos ni de lo que les preocupa; siguen adelante hasta que Laura toma el valor de hacer lo que siente que necesita y sacudir esa jaula donde comparten cautiverio. Planeada o no, es una acción tan drástica que desequilibra definitivamente el microcosmos de la pareja y abre la puerta para que cada cual se replantee su presente. Cómo lo harán y si deciden hacerlo ya es algo que dependerá de cada uno de ellos, porque tienen búsquedas personales diferentes que enfrentar y es un camino que nadie más puede indicarles cómo seguir.
Esta es una experiencia compleja de interpretar racionalmente y aún más de poner en palabras, porque Desterro apela antes que nada a las emociones para transmitir lo que pretende decir y logra que una charla trivial y rutinaria entre dos personas refleje lo que hay por debajo, lo que no pueden decirse en voz alta ni a sí mismos.