Héroe accidental
Furno (interpretado por Luis Machín, siempre impecable) es chofer de micros de larga distancia, un trabajo que comenzó como temporario pero al que terminó dedicándole toda su vida. En uno de los paradores de su ruta habitual conoce a Clarita, una de las mozas del lugar, y entablan una amistad. Pero cuando ella desaparece sin aviso ni explicaciones, él se propone ir a su pueblo a buscarla, sin tener idea de lo que puede llegar a encontrar allí.
Uno de los logros de este filme es la inteligente evolución del personaje central. Furno comienza siendo ese hombre tranquilo, esquemático, de los que siempre cumplen las reglas, para terminar devenido en el héroe menos pensado. De a poco la necesidad de reaccionar frente a una situación que involucra a todo un pueblo, y un recuerdo de su pasado que lo atormenta, darán lugar a un personaje más osado, lúcido.
Juan Dickinson dirige muy bien esta película, que comienza en apariencia como un filme costumbrista más, para tomar vuelo y desarrollar con ritmo interesante la trama del suspenso. Hay pocos personajes, pero bien actuados, especialmente el de Machín, que sabe estar a la altura de los sutiles cambios en su rol, central para la historia en todo momento.
Una propuesta interesante, en esta película de suspenso sin grandes despliegues de acción, pero con momentos de tensión muy acertados, y un mensaje no proselitista sobre la importancia de involucrarse, de no quedarse estanco, de salir de la abulia.