JUGANDO CON LA MUERTE
Quinta parte de una saga que no ha podido salirse de los propios esquemas que "Destino Final" en el 2000 creó, convirtiendo a sus secuelas en reiteradas películas que funcionaban como recreaciones innecesarias de una misma idea, planteada de diferente manera y con otros personajes. Pese a que esta nueva película no se aleja de dicho estilo narrativo, es una de las mejores de la serie, principalmente por la creatividad de las muertes y el aprovecho de la tecnología en tres dimensiones, la cual le aporta mucho entretenimiento a la propuesta.
Sam es un muchacho que sueña con poder ir a París para convertirse en el Cheff que siempre quiso ser. Junto con sus amigos y compañeros deciden participar de un retiro de la empresa en la que trabajan. En el autobús, él tiene una premonición en la que el puente por el que están cruzando se derrumba, ocasionando la repentina e inesperada muerte de ellos. Al despertar y al ver que la situación parece ir por el camino de la visión, intenta salvar a sus compañeros del futuro desastre. Ellos logran salir sin rasguño alguno, pero para el destino eso no tendría que haber sucedido. La muerte los perseguirá y se los irá llevando uno a uno.
El estilo narrativo es el mismo que el expuesto en las demás cuatro películas: la cinta se introduce presentando a los personajes; luego se muestra la premonición; las personas logran salir del lugar; y cada uno de ellos comienza a morir cruelmente de manera misteriosa. Por este lado no se presentan sorpresas y no hay situación que logre salirse de los esquemas que ya se han visto anteriormente. El único factor diferente que aquí aparece es una conexión bien lograda con la primera cinta, cuestión que es una grata sorpresa mientras se está viendo.
El desarrollo de los personajes y sus respectivas identidades es apresurado e incompleto. Hay roles que fueron llevados adelante con humor, impidiendo que sus momentos puedan transmitir el suspenso y la tensión necesaria para dichas escenas; y hay un personaje específico que da un cambio de actitud que no está bien interpretado por el actor. Las actuaciones son correctas y, a diferencia que en las demás entregas, no hay diálogos ridículos y sobreactuados. El protagonista está bien, no le aporta demasiado a su personaje, pero logra transmitirle los sentimientos de dolor y sorpresa en sus respectivos momentos. Entre los roles secundarios se destaca Tony Todd ("Candyman"), quien, pese a que presenta un personaje que dice muy poco, logra darle el misterio necesario a cada una de esas apariciones.
La cinta presenta dos características que son las cualidades que la hacen destacar y convertirla en una de las mejores secuelas de la saga. Por un lado, se aprovechó al máximo la tecnología en tres dimensiones para mostrar desde un punto de vista diferente lo que va sucediendo. La introducción, la muy bien lograda escena en el puente, y cada una de las muertes, presentan un lucimiento impecable de dicha tecnología, la cual le aporta una dimensión mucho más profunda y entretenida a lo que va sucediendo. Es una de las cintas del género que mejor han usado el 3D, y eso vale la pena reconocerlo. Por otro lado, y remite directamente a Steven Quale, el director, es la habilidad por crear suspenso con muy pocos elementos, creando secuencias muy tensas que, pese a que muchas de ellas son rematadas sin la imaginación de los comienzos de cada muerte, le brindan al espectador momentos de suspenso muy buenos. Cabe destacar, dejando de lado la escena de la premonición, la muerte en el gimnasio, una secuencia bastante larga en la que se utilizan muy pocos objetos y encuadres para mostrar lo que está sucediendo con mucha tensión.
"Destino Final 5" es una película que aporta muy poco a la saga, que repite fórmulas y que no se aleja de lo visto en anteriores partes, pero que desarrolla inventivas muertes; tiene efectos especiales muy buenos; una referencia a la primera cinta satisfactoria; y un aprovecho excelente del 3D. No decepcionará a los seguidores de la saga.
UNA ESCENA A DESTACAR: puente.