La serie de los tornillos flojos
La serie de Destino Final se basa en una premisa simple: un grupo de personas -destinadas a morir- se salvan de una catástrofe. A la muerte no le gusta que la engañen, por eso lo único que logran, en definitiva, es posponer lo inevitable. Ciertamente estas raíces orientales (la creencia en el destino) parecen amedrentar a la cultura occidental en los films de Hollywood. En este caso, un grupo de jóvenes escapa con vida del colapso de un puente. Mueren, pero en una premonición. Cada personaje muere dos veces en estos films: una vez es falsa. La otra, no.
Esta falta de suspenso agotó a la serie en primera instancia. Los personajes son seres unidimensionales interpretados por jóvenes no muy afectos a la dramatización (o por el contrario: excesivamente teatrales) que no logran el mínimo de simpatía, ni siquiera entre ellos. Para más, cuando el terror (¿terror?) toma ribetes cómicos, ahí es donde se nota más la incompetencia. En 4 películas hemos tenido dos mediocres y dos malas. Era hora de tener una, al menos, aceptable. Esa es Destino Final 5 que, por su flojo desempeño en taquilla, parece ser la última.
Esta cuenta con muchos de los problemas de las anteriores. Lo más notorio, una vez más, son los actores. Dejando de lado eso, hay un interés genuino por generar acción y tensión en la pantalla. La mayoría de las veces, las tragedias se desatan por tornillos flojos (el 90% de las muertes más cruentas se generan porque un tornillito estaba mal ajustado). Aquí una secuencia juega con eso, y nos muestra como los pies de una bailarina de danza pueden terminar muy mal clavándose un tornillo en el talón. No morirá, es cierto: pero el dolor insoportable es lo que nos genera nervios.
Por otro lado, algunas secuencias están matizadas con buenos intentos de comicidad. A la muerte no le gusta que la engañen, pero tampoco quiere tomarse las cosas tan seria. La aparición de la muerte personificada le agrega un matiz más: el villano que nunca debería haber faltado. Con todos estos agregados, la serie encontró el rumbo: es casi un cómic, un pulp, del cine. Lástima que es demasiado tarde. A estas alturas, el destino final parece ser más bien profético para la propia franquicia.