“Destrucción”, de Karyn Kusama
Por Jorge Bernárdez
La vida es un infierno para la agente de policía Erin Bell (Nicole Kidman), que cayó en un pozo depresivo tras perder a su compañero de investigaciones y la convirtió en un personaje insoportable para el resto de los policías. Solitaria, alcohólica y con una vida personal que también es un desastre, Erin trata de buscar venganza, al menos eso es lo que se desprende del relato enrevesado que presenta Destrucción, la película con la cual Nicole Kidman apostó este temporada para revalidar su lugar de estrella cinematográfica, porque si bien su condición de primerísima figura en una serie como Big Little Lies, que produce y protagoniza junto a Reese Whisterpoon, está muy bien pero el Oscar y el mundo de los premios cinematográficos le dan man lustre. Así que aquí está Nicole, maquillada hasta el punto de volverla una mujer gastada y consumida por sus variados vicios, además de mostrase carcomida por la culpa.
Destrucción está dirigida por la neoyorquina Karyn Kusama, quien lejos de concentrarse en el relato puro y duro del policial negro que cuenta la historia, prefiere concentrarse en el andamiaje actoral de Nicole que casi se desentiende de la historia y se concentra en que se advierta que se puso fea y hace de un personaje torturado y se desentiende de la historia.
Lo cierto es que lo que pudo ser un buen policial oscuro y duro, es un festival de lugares comunes y de pretensiones de carácter artístico que corta el relato y lo fracciona hasta volverlo un rompecabezas incomprensible, tanto que cuando cuando la película está por terminar todo, probablemente los espectadores no lleguen a saber lo que está pasando porque se produce un giro supuestamente inesperado que a esa altura es más molesto que sorpresivo.
DESTRUCCIÓN
Destroyer. Estados Unidos, 2018.
Dirección: Karyn Kusama. Guión: Phil Hay y Matt Manfredi. Intérpretes: Nicole Kidman, Toby Kebbell, Tatiana Maslany, Sebastian Stan, Scoot McNairy, Bradley Whitford, Toby Huss, James Jordan, Beau Knapp, Jade Pettyjohn. Producción: Phil Hay, Matt Manfredi y Fred Berger. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 120 minutos.