Terror de autor... sin autor
Nominado varias veces al Oscar como productor, director y/o guionista de En el nombre del padre, Mi pie izquierdo y Tierra de sueños, el irlandés Sheridan es reconocido como un realizador de prestigio y un gran narrador. Por eso, esta primera incursión suya en el género del terror (aunque en verdad es más un thriller psicológico sobre alucinaciones, dobles personalidades y esquizofrenias) de la mano de tres intérpretes de primerísima línea (Daniel Craig, Rachel Weiz y Naomi Watts) generaba una enorme expectativa e ilusión. La frustración, por lo tanto, es mayor. Este subproducto (dicen que Sheridan, descontento con el resultado, final pidió sin suerte retirar su nombre de los créditos) arranca bastante bien al exponer el cambio de vida de un exitoso editor que renuncia a su trabajo en una corporación neoyorquina para dedicarle más tiempo a su familia (esposa y dos hijas) en una casona de las afueras.
Sin embargo, en su segunda mitad todo se desbarranca: no sólo el relato es absolutamente previsible (uno puede anticipar cada uno de los pasos siguientes y hasta la resolución de la trama) sino que está construido con torpeza, a puro trazo grueso y golpe de efecto. Por supuesto, hay algunos climas logrados y tres buenos actores que sacan sus intrascendentes personajes a flote con un gran profesionalismo (igual, da pena ver a una Naomi Watts tan desperdiciada en un penoso papel secundario). Así, este intento por construir un "terror autoral" termina siendo no sólo infructuoso sino incluso menos logrado que muchos exponentes del género realizados sin tanto apellido detrás pero con más habilidad y nobleza.