Este film lo vio muchas veces: pareja que se muda a la casita de los sueños, casita que fue el escenario de un crimen atroz (“atroz” para el cine estadounidense es “murió un chiquito”), comienzan a investigar y ¡Sorpresa! Resulta que hay un misterio sobrenatural mucho más antiguo ahí que amenaza la vida de la nueva pareja y su progenie. Y claro, hay vueltas de tuerca -pero menos originales que en Otra vuelta de tuerca, el modelo de todos estos thrillers-. También hay un director, Jim Sheridan (Mi pie izquierdo, El boxeador) que quiere hacer un drama psicológico mientras el film va para el lado del efecto por el efecto mismo. Y actores -Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts- más que competentes y talentosos desaprovechados por la previsibilidad de la historia y la pereza de la puesta en escena. Dicen que Sheridan pidió que retirasen su nombre del film, dado que el corte final lo hicieron los productores. Lo bien que hace.