"Detrás de los anteojos blancos": queremos tanto a Lina
Este documental sobre Lina Wertmüller es tan cálido como riguroso, ilustrativo de una vida y de una época dorada del cine.
Podría pensarse que Detrás de los anteojos blancos está dirigida a esa generación que ahora anda por arriba de los 60 y que fue contemporánea de la irrupción de Lina Wertmüller en el mundo del cine, con obras maestras como Mimí metalúrgico, Amor y anarquía, Insólito destino o Pasqualino siete bellezas, todas estrenadas en la primera mitad de la década del ’70. Pero este documental sobre la gran directora italiana es de una calidez y una profundidad tales que atrapa tanto a los entendidos en su obra como a aquellos que jamás hayan visto alguna de sus películas. Porque, como toda buena biografía, refleja, además de una vida, una época.
Valerio Ruiz, que trabajó como asistente de dirección de Wertmüller, traza una semblanza cariñosa, que en ningún momento cuestiona la figura de su ex jefa. Lejos de ser un problema, esta mirada amorosa beneficia al documental: gracias a esa simpatía y esa cercanía, el retrato tiene el mismo carácter juguetón de la retratada. Ruiz sigue un estricto orden cronológico, y repasa la carrera de Lina desde sus comienzos, como actriz y asistente de Fellini en 8 ½, hasta sus últimos trabajos, deteniéndose especialmente en los títulos emblemáticos de los ‘70.
Actores que trabajaron a las órdenes de Wertmüller, parientes, críticos, amigos, arman, con sus testimonios, una imagen cabal de la primera mujer en ser nominada a un Oscar a mejor dirección. Hay nombres de peso entre los entrevistados, como Giancarlo Giannini, Sophia Loren, Martin Scorsese, Harvey Keitel, Nastassja Kinski o Rita Pavone. Sus palabras –en algunos casos, como el de Giannini o Scorsese, esclarecedoras- juegan un contrapunto con las de la propia Wertmüller. Que, desde su casa en Roma o las locaciones de algunas de sus películas, va llevando el hilo del documental con un racconto gracioso y sabio de su propia vida.
El repaso no sólo abarca su cine, sino también su vida personal –su gran amor fue el célebre escenógrafo y vestuarista Enrico Job- y su música: no es tan sabido, pero también canta y es autora de la letra de algunos títulos fundamentales del cancionero italiano, como Mi sei scoppiato dentro il cuore, inmortalizado por Mina. El documental muestra a una Wertmüller incansable que, a los 88 años, sigue activa: dan ganas de conocerla más allá de su arte.