Laberinto multigénero
Devoto: La invasión silenciosa (2020) es el segundo opus de Martín Basterretche y de la misma forma que Tóxico (2020) hace un par de semanas, parece ser otra producción con un timming notable para introducir al público una ficción apocalíptica en plena pandemia por el coronavirus. Haciendo honor a esa gesta casi heroica que suelen ser las producciones nacionales hechas a pulmón, Basterreche no solo dirige, sino que también es editor y productor de la película.
Un cura alcohólico (Diego Cremonesi), un nerd con traumas paternales (Gastón Cocchiarale), una ex-militar ruda (Alexia Moyano) y un ladrón ingenioso (Jorge Takashima) despiertan en un lugar extraño y oscuro si saber cómo llegaron ahí, sólo para enterarse que unos seres misteriosos están llevando adelante una invasión cuyo alcance parece incalculable. Conforme avanza el relato, este equipo improvisado intentará detener la amenaza al mismo tiempo que busca destapar la olla de esta irrupción que pone en jaque a la humanidad.
Desde el inicio se vuelve claramente palpable una impronta carpenteriana, con reminiscencias desde lo narrativo al clásico de culto Asalto al precinto 13 (Assault in Precint 13, 1976). Desde el grupo ecléctico y rebelde hasta la estética sucia y derruida del espacio de acción, haciendo uso de una banda sonora tan minimalista como efectiva.
Hay un trabajo muy interesante del espacio, volviéndolo un personaje más. El lugar donde transcurre gran parte de la acción es difícil de “mapear” en nuestra cabeza, un lugar oscuro, laberíntico, donde es muy difícil distinguir la entrada de la salida y donde cada pasillo y cada puerta parecen un déjà vu de hace cinco minutos.
El guión se apoya en el empoderamiento femenino para construir personajes que demuestran capacidad para pelear a la par de cualquier hombre y hacer frente a todo tipo de villanos. No por nada “La Lancera” es la heroína de esta historia, una joven llamada a liderar la resistencia humana. El enemigo visto como una entidad abstracta no está lo suficientemente desarrollado como para llegar a entender por completo cuál es su motivación o su objetivo final, pero a su favor podemos decir que a las historias de este subgénero no se les suele demandar tal profundidad narrativa.
Devoto: La invasión silenciosa es una realización que no esconde sus limitaciones a nivel producción, por el contrario, aprovecha todo lo que tiene a su disposición para construir un relato fantástico que no por simple resulta menos entretenido.