Se estrena comercialmente en Cine.Ar TV (el jueves 7 de mayo a las 20 y repite el sábado 9 de mayo en el mismo horario) y a partir del 8 de mayo estará disponible en la plataforma Cine.Ar
Los títulos ya nos dan una pista de lo que se viene. “Clase B”, el nombre de la productora. Acto seguido, a la V del logo de Devoto se le superpone otra V roja en forma de aerosol, una cita directa a la legendaria y popular serie de los 80 “V, invasión extraterrestre”. Es una toma de posición, una declaración de principios. El segundo largometraje de Martín Basterretche se ubica desde adentro, perteneciente a un tipo de cine fantástico con el que se identifica sin vueltas.
Cinco extraños se despiertan en un edificio enorme y aparentemente abandonado, no se conocen entre sí y no saben quién los dejó ahí ni por qué. Pronto una voz distorsionada desde algún lugar de la locación les informa que fueron convocados para parar una invasión extraterrestre, una que no viene en naves espaciales y ataques a gran escala sino que ya empezó subrepticiamente. Los invasores ya están aquí infiltrados, aunque la gente común no los registra, y se preparan para dar el golpe final a través de una misteriosa máquina que están construyendo. Por qué fueron los cinco elegidos específicamente es algo que no les revela y en realidad nunca se aclara del todo. Pronto aparecen en escena algunos de los invasores, a los cuales llaman “Los Bowies” por su parecido al cantante en su etapa berlinesa. Se enteran además de la existencia de “la Lancera”, suerte de líder mesiánica que supuestamente es apenas la protagonista de un comic pero el rumor indica que es real. Rumor que va a ser confirmado cuando esta también haga su aparición para guiarlos. La amenaza es tan real como la resistencia, y nuestros protagonistas están en el medio.
Batsereche abraza la estética y el espíritu del cine de acción y ciencia ficción post-apocalíptica de los ochenta, que en su momento se apreciaba mayormente en VHS, y también la del cómic del género de los 80 y 90. Su historia no hubiera desentonado en las páginas de la primera etapa de Fierro o las de Catzole, o al lado de alguna de las obras de Salvador Sanz como Desfigurado o la más reciente El esqueleto, mientras en el audiovisual argentino puede encontrar una línea de contacto con películas como Filmatron (2007) o Daemonium (2015). El hecho de que en la historia la heroína salga directamente de las páginas de un cómic es una señal explícita.
El film se maneja dentro de este código y reclama del espectador que se sumerja en el mismo y acepte sus postulados para que la experiencia tenga sentido. Se requiere un poco de indulgencia con los diálogos recitados, la frases impostadas que quedan mejor escritas que pronunciadas, momentos poco verosímiles y actitudes arbitrarias que parecen estar ahí porque le dan actitud al personaje. En el elenco sobresale especialmente su protagonista, Diego Cremonesi (que ya se destacó en films argentinos de género como Kryptonita y su continuación, Nafta Súper), capaz de darle credibilidad a su cura alcohólico devenido héroe de acción, otorgarle convicción y hacerlo interesante y empatizable.
De su visión final da la impresión que Devoto: La invasión silenciosa es un primer capítulo, que busca una continuidad como la introducción de una saga más extensa o por lo menos como si lo pretendiera. Tal vez por eso quedan varios cabos sueltos, como si fueran a resolverse o explicarse en otro momento. Hay unas pocas y tímidas apelaciones al humor pero en general este está ausente y eso hace que el film se tome a sí mismo demasiado en serio cayendo en cierta solemnidad. Es en cualquier caso un relato ágil, entretenido y directo, una obra que tiene claro de dónde viene, a dónde apunta y a quién está dirigida. A un público afín e igualmente fan, que puede dejarse llevar e identificarse en su clara reivindicación del género fantástico, el cine de acción, de cierto espíritu retro y de la cultura pop.
DEVOTO: LA INVASIÓN SILENCIOSA
Devoto: La invasión silenciosa. Argentina. 2019.
Dirección: Martín Basterretche. Elenco: Diego Cremonesi, Alexia Moyano, Gastón Cocchiarale, Jorge Takashima, Luis Longhi, Denisse Van der Ploeg, Julián Marcove, Irene Goldszer. Guión: Fernando Regueira. Fotografía: Emiliano Cativa. Música: Federico Mizrahi, Fernando Rabih. Montaje: Pablo Mazzeo, Martín Basterretche. Sonido: Daniel “Manzana” Ibarrart. Dirección de Arte: Laura Aguerrebehere. Producción: Daniel Ibarrart, Martín Basterretche. Producción Ejecutiva: Mónica Amarilla. Duración: 72 minutos.