Roland Emmerich vuelve a uno de sus clásicos, con Día de la Independencia: El Contraataque, con gran parte el elenco (menos Will Smith).
Utilizando tecnología obtenida de los extraterrestres 20 años atrás, las naciones de la Tierra, que temen el regreso de los invasores, han colaborado en la elaboración de un gigantesco programa de defensa para proteger el planeta. Pero no es seguro que ese programa sirva para hacer frente a los avanzados e inauditos recursos de los atacantes. Quizá sólo la inventiva de unos pocos valientes pueda evitar la destrucción del mundo, que se encuentra de nuevo al borde de la extinción.
Veinte años después Roland Emmerich vuelve a la última película que lo sostuvo como un director de clásicos como Pequeños Soldados, Stargate y El día de la Independencia. Su vertiente por la destrucción lo llevo por el camino de Michael Bay, en la última década lo demostró con películas como El día después de mañana, 10.000 AC y 2012.
En Día de la Independencia: El Contraataque, Emmerich hace lo que muchos directores han empezado a hacer con clásicos de su propia factoría (Terminator Genesis, Jurassic World, Star Wars) jugar con la nostalgia del público.
Presenta los viejos personajes de Jeff Goldblum, Bill Pullman y Brent Spiner, que son el fuerte de la película, y deja a las nuevas generaciones con personajes bastante chatos (pero efectivos para este tipo de cine) como Liam Hemsworth y Jessie T. Usher. Mejor ni comenzar a hablar de los personajes secundarios, que solo rellenan minutos en pantalla.
Como todo tiene que ser a gran escala, aquí la amenaza es mayor, trata de plantear algunas ideas interesantes para comenzar una nueva saga; que no vamos a revelar para no contar detalles de la trama.
Los efectos especiales cumplen, en los 90 la espectacularidad de las escenas marcaron un antes y un después en el cine de catástrofes, utilizando maquetas y pantallas verdes. Aquí el CGI no va a dejar su huella en la historia, están bien logrados; pero se desaprovechan bastante cuando el film presta mucho tiempo a dar explicaciones reiterativas de los eventos.