Una decepción que se veía venir
Comencemos esta reseña con un acto de sinceridad. Por más de que "Día de la Independencia" fue un gran éxito en los 90s y ya se podría decir que es un clásico, todos sabemos que no es precisamente una joyita del cine. Se destacó por su grandilocuencia y efectos especiales espectaculares, pero la trama en sí era demasiado básica y con muchos arcos argumentales que carecían de profundidad y relevancia. Esta secuela veinte años después de la primera entrega adolece de los mismos problemas e incluso profundiza algunos de ellos. No es el mismo el impacto que causaban los efectos especiales hace dos décadas que el que causan hoy en día. Si no se produce un trabajo que supere al original o establezca algún tipo de conexión nueva con los espectadores es lógico que el interés baje considerablemente.
Con "Día de la Independencia 2" pasó justamente esto. Los más fanáticos de la primera entrega fueron a verla ciegos y la mayoría se terminó decepcionando un poco. Los espectadores casuales de aquella época esperaron a los primeros comentarios para decidir si ir a verla a no, y las críticas no fueron positivas. La nueva generación, menor de veinte años, también se interesó muy poco por la propuesta y le dio la espalda en la taquilla.
¿El principal problema de esta franquicia? El mismo hombre que le dio vida, Roland Emmerich. Su carrera como director ha sido bastante errática, con títulos para olvido como "10.000 A.C." o "2012" y algunos de hecho buenos como "Anonymous" o "Stargate". En esta secuela de la invasión alienígena se enfocó más en la pirotecnia y los personajes nuevos que en brindar una historia de calidad. Emmerich vendría a ser como el primo hermano alemán del Michael Bay en cuanto a su visión de lo que es el entretenimiento.
Para no hacerla demasiado larga les digo cuáles son los puntos fuertes y cuáles los débiles. Como positivo, está la mejora en los efectos especiales y la incorporación de un alien que impone respeto sobre la parte final del film. Como negativo tengo que resaltar nuevamente la dispersión del director para contar la historia. Demasiados personajes irrelevantes y faltos de carisma. A su vez hace que vuelvan personajes de la primera entrega y en lugar de redimirlos, los termina de hundir. Caso Vivica A. Fox (esposa de Will Smith en la primera), Bill Pullman (ex presidente) y Judd Hirsch (padre del personaje de Jeff Goldblum). Lo nuevos protagonistas no logran conectar con el público y le quedan fríos a la trama.
Todo lo que se podría haber mejorado con excepción de los efectos, en realidad empeoró o no logró superar las sensaciones que provocó la "Día de la Independencia" original.
Si sos muy fan, probablemente le encuentres algún atractivo para justificarla, pero la verdad es que Emmerich no aprende y nos ofrece lo mismo que hace veinte años pero con incluso menos inteligencia puesta al servicio del entretenimiento.